Sociopolítica

Rajoy, cobarde, siempre huyendo y dilatando el tiempo

Rajoy, en su tradicional línea de siempre, continuará rehuyendo y dilatando la fecha de la investidura para intentar obligar a que Sánchez descubra sus cartas y tome una decisión.

  • Prueba evidente de ello ha sido su último despropósito, postergando hasta el miércoles 17, el estudio con el Comité Ejecutivo Nacional del PP para contestar posteriormente a las exigencias planteadas por Ciudadanos, pura pantomima ya pactada y gesto muy criticado por partidos y medios cuando la urgencia es una necesidad.

rajoy cobardeEn efecto, unos buenos percebes bien regados con albariño, justifican perfectamente la demora y como diría el presidente hasta ayudan a pensar con mayor claridad, porque para dar paseos exclusivamente no hace falta desplazarse hasta Sansenxo.

El Jefe del Ejecutivo interpreta obsesivamente que en política, controlar los tiempos, en la mayoría de los casos supone un acierto, y negociar una investidura, tal como está el panorama, con mayor justificación. A su vez, es una manera de demostrar quien dirige el proceso de la formación de Gobierno. Admite que debe correr algún riesgo, muy en contra de sus profundas convicciones contrarias a cualquier tipo de aventura personal, de ahí que trate de amarrar todos los cabos, pero tanto su desesperante prudencia como forma de actuar están demostrando que alberga ciertos temores y quizá en el fondo no le falte razón… De ahí el que se muestre evasivo, odie asumir compromisos, se niegue a dar fechas, abuse del «ya veremos» y desconcierte a los periodistas con sus impertinentes contestaciones. Palmaria demostración de su ausencia de liderazgo.

En el caso del PSOE, huero de iniciativas, seguir manteniendo «el no es no» exhibido hasta ahora, a medida que pasan los días lo tiene más complicado, entre otras causas por la oposición interna de varios barones y otros dirigentes del Partido que se decantan por la abstención, más la incómoda presión ejercida por antiguos pesos pesados del socialismo, entre los que se encuentran: José Borrell, Felipe González, Alfredo Pérez-Rubalcaba, Alfonso Guerra y hasta el iluminado contador de nubes, Rodríguez Zapatero, que con tal de figurar se apunta a un bombardeo.

Pedro Sánchez se encuentra en un verdadero dilema y con todas las posibilidades agotadas, si en efecto, el «si» de Ciudadanos a Rajoy está más que negociado y decidido, con lo cual al Secretario General socialista, para intentar salvar la cara, solo le serviría optar por la abstención negociando nuevas condiciones, o bien mantener el «no» y recurrir a la burda maniobra de enviar a tomar café a una docena de sus diputados durante el acto de votación, alternativas ambas que ya fueron apuntadas tiempo atrás por el citado Borrel.

Paralelamente, el ambicioso líder socialista, que viene observando un discreto silencio para evitar echarse más mierda encima, se siente abrumado con la idea de que tras el próximo Congreso General del PSOE y ya ejerciendo en la oposición, tanto Susana Díaz, carente de categoría, o bien cualquier otro barón se alcen con la Secretaria General, lo que implicaría su muerte política.

A pesar de todo, Mariano Rajoy temeroso hasta la médula, siente verdadero pánico ante una posible encerrona de última hora y fuese rechazado frustrando el acto de investidura, algo que no solo le supondría el convertirse en «Mariano el Breve», sino el tener que abandonar La Moncloa con todo tipo de mofas, befas y chascarrillos, sospecha que difícilmente podrá materializarse ya que Rajoy amarrará lo indecible para asegurarse de que no existirá el más mínimo fallo. Nada relacionado con la forma de gobernar que pueda ejercer posteriormente.

En cuanto a Sánchez, cuyo egocentrismo no tiene parangón, es considerado como un inagotable manantial de ineficacia, al que no le ha importado nada ni nadie que no colaborase a su mayor gloria y esplendor El propio Felipe González lo defines como «hombre de cortos alcances» que no ha tenido la decencia de dimitir tras haber obtenido los peores resultados de la historia del PSOE.

Aunque la consigna es cerrar filas con Rajoy y a cualquier precio, la lacra de la corrupción en el PP no desaparecerá de un plumazo. Son muchas las voces, dentro del propio partido que demandan regeneración. ¿Cómo se le explica a militantes, votantes y simpatizantes del PP todos los escándalos sucedidos en feudos como Madrid o Valencia? La pérdida de votos en las últimas citas electorales, municipales, autonómicas y generales ha sido una evidencia. Las quejas crecen y los ejemplos se multiplican. La propia Esperanza Aguirre en la rueda de prensa cuando comunicó su dimisión afirmó que «No llueve sobre mojado, llueve sobre una inundación. La corrupción nos está matando«. Los escándalos se suceden y parecen compartir un mismo patrón: financiación ilegal, apropiaciones indebidas, comisiones, nepotismos. etc. etc. Barones y bases se quejan por la crisis de ejemplaridad. Eso solamente y no otras cosas es lo que ha provocado la pérdida de docenas de miles de votos a la formación conservadora en las distintos comicios.

Por el momento todo indica que todavía quedan muchos controvertidos temas por aclarar y definir. Los españoles vivimos en plena incertidumbre y asqueados por la gestión de nuestros dirigentes políticos. La actitud de Rajoy justificándolo todo resulta bochornosa para muchos cargos públicos. La desmoralización impera pero nadie facilita explicaciones coherentes. Casos como: GÁ¼rtel, Púnica, Bárcenas, etc. terminarán fagocitando al PP. El corruptómetro popular, indefectiblemente marcará el momento de castigar mordidas a cambio de contratos públicos y otras lindezas que presuntamente como las practicadas, por ejemplo, como Francisco Granados, martillo de herejes corruptos del PSOE en todas las tertulias de debate a las que acudía. Ya nadie sabe como atajar tantos latrocinios y desbarajustes, pero paulatinamente y con calma, la Justicia con la colaboración de medios. redes sociales y cómplices arrepentidos, irá colocando a cada uno en el lugar que le corresponde y merece.

Sobran cambios estéticos cuando lo necesitado y con urgencia son transformaciones profundas, comenzando por Rajoy, responsable político y consentidor de tanto desastre, pero por desgracia, en aspectos importantes como los que nos agobian actualmente. no pasa de ser un dirigente borroso, con mucha experiencia y sobrado de inútil retórica cuando España, Don Mariano, necesita algo de lo que usted carece.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.