En un debate sobre el Ebola, una de las enfermeras explicaba la visita del presidente Rajoy al Hospital Calos III con las siguientes palabras: “Fue a hacerse la foto, ni habló con el marido de Teresa, ni tan siquiera se acercó o intentó darle ánimos a la enferma”.
Estas palabras me han hecho recordar que durante la campaña electoral para las Generales, el candidato Rajoy fue a hacerse fotos delante de las colas del paro diciendo: “Esto conmigo no pasará”. Al año de asumir su mandato como presidente del Gobierno, teníamos 1 millón más de parados de los que él encontrara, y no fue a hacerse una nueva fotografía., ni para darles ánimos a esas nuevas personas que él había incorporado a las colas de las oficinas de empleo.
Pero hay una fotografía en la que me gustaría mucho ver al presidente: en los bancos de alimentos solidarios, repartiendo la sopa popular y explicándoles a los padres, y sobre todo a los niños, por qué han disminuido los salarios y ha cortado las prestaciones por desempleo, causando la ruina de más de 2 millones de familias; y por qué con el copago medicinal les ha disminuido el poder adquisitivo a los abuelos, que no pueden darles el desayuno a sus nietos y están obligados a llevarlos a los comedores solidarios de sus colegios.
Sí, en verdad el sr. Rajoy es el hombre de la foto equivocada, y se le ve el plumero. Sus fotos ya no tienen credibilidad.