El Presidente del Gobierno rechaza cambios en la reforma laboral: “Estoy satisfecho”… Pero ¿cómo se puede decir semejante barbaridad? ¿De qué está satisfecho? Ni siquiera de su sueldo, ya que según la prensa, de los papeles del ex tesorero de su partido se deduce que necesitaba un sobre-sueldo…
Cuando se pronuncian semejante palabras se debe al menos explicar el porqué está satisfecho, con palabras creíbles y basadas en la realidad que sufre España desde que adoptó la reforma laboral.
Las primeras consecuencias de su reforma laboral han sido despido y abaratamiento de los costes salariales, lo que ha repercutido en una enorme bajada del consumo interno. Las empresas españolas que han aumentado sus exportaciones tienen muy pocos trabajadores: sectores como el del vino, el jamón y otros productos con denominación de origen.
Las grandes empresas multinacionales se llevan sus fábricas al Tercer Mundo para abaratar aún más los costes salariales, y luego traen sus productos a España para vendérnoslo con un 1000% de beneficios, pero como mantienen sus circuitos de venta en nuestro país, usted les subvenciona por los cuatro vendedores que mantienen ‘como creación de empleo’…
Su competitividad, no es más que una reducción salarial atroz que arruina a las clases medias.
¿Sabe usted por qué Alemania, China y Ecuador les ofrecen trabajo a los licenciados españoles, incluso con contratos a 10 años y doble nacionalidad? Simplemente porque saben que los europeos no podemos competir en costes salariales con el Tercer Mundo, y que la única competitividad posible está en la Investigación y el Desarrollo, en la Calidad en nuestros productos.
Señor Presidente ¿tiene Usted asesores? Muy malos deben ser para que pronuncie usted las palabras que osa decir.
