No hay que perder las esperanzas. El futuro se nos presenta muy halagÁ¼eño. Detrás de la tempestad viene la calma. Son frases que me vienen a la memoria ante las manifestaciones hechas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha asegurado que se ha “pedido” mucho a los españoles, hombre, yo más que pedido diría “arrebatado”, durante sus dos años de mandato, pero afirmó con rotundidad que se les va a devolver “con creces” porque “hay signos de mejora” en la economía española. Esto es algo que los españoles de a pie no alcanzamos a ver pero ello debe ser debido a que como consecuencia de las listas de espera en la Sanidad Pública, en este caso en oftalmología, los españoles no distinguimos bien las cosas. Necesitamos unas gafas con urgencia y si pueden ser con cristales “progresivos” mucho mejor así veremos la “mejora” más grande si cabe. Está claro, Rajoy es el nuevo y moderno hijo de Dios esperado, después de haber soportado las “siete plagas” ahora nos va a beneficiar con algo parecido al milagro de los panes y los peces, ese episodio bíblico que hizo posible el que la boda de Caná se pudiera celebrar con alborozo pues sabido es que los humanos con la panza llena solemos estar más alegres. Aquí la única boda que se hizo por “todo lo alto” fue la de la hija de Aznar pero solo fue para unos cuantos entre los que se encontraban Francisco Correa y “El bigotes”, después de esta no conozco otra que la haya podido igualar.
Es muy posible que nos encontremos ante un nuevo Mesías que nos va a devolver ciento por uno, lo cual puede propiciar el que aquellos que han visto rebajados sus salarios, aquellos que estén cobrando el paro y los que no, se les reponga el dinero que han perdido al estar en esa situación, que los pensionistas vean como se les compensa por la merma de su poder adquisitivo, que los que están sufriendo el copago sean repuestos de lo que han pagado por los medicamentos, que los que han perdido las ayudas sociales se les compense adecuadamente, que se nos devuelva a los ciudadanos el equivalente a la subida del IVA que hemos pagado a través de los productos que consumimos, que por el mismo motivo se nos reponga la pagado por la sabida del IRPF, en definitiva que todo aquello que esté suponiendo una “sobrecarga” para las economías familiares, se compense. No sé si en lo referente a la reposición por la rebaja salarial se hará ya que Montoro dice por activa y por pasiva que los salarios están subiendo y claro, lo que dice Montoro va a misa, aunque hay signos que ponen de manifiesto que Montoro pueda estar confundido, cosa rara en él, ya que tiene una cabeza muy despejada no hay más que verlo, y digo esto porque acabo de leer en la prensa que la plantilla de Cemex, una factoría de Alicante que produce cemento, acepta la bajada de salario del 25% y la fábrica seguirá abierta. Abundando en lo dicho señalar que según Hacienda, Montoro es el jefe, el salario medio bajó un 2,6%. No sé pero insisto en que me gustaría saber qué es lo que fuma Montoro. Pero ahí está Rajoy dispuesto a hacer bueno aquello de “pedid y se os dará” y “os devolveré ciento por uno”. Pero como dice el refrán: “Muchas me das malas son”. Aunque siempre nos queda aquello de que “el que no llora no mama”. Creo que vamos a seguir llorando por mucho que Rajoy asegure o prometa que por cierto, dice pero no promete.