Se ve meridianamente claro que cuanto antes cruce nuestro presidente de Gobierno el peligroso Rubicón, tanto mejor para él como para los suyos, y no te digo para el resto de los ciudadanos. Y una vez atravesado el río, que dé la cara, ante la ciudadanía española, con la pura verdad en los labios. Es un acto de responsabilidad por las malas y oscuras gestiones llevadas a cabo en la financiación de su partido. Se ve –meridianamente claro también- que Rajoy está cada vez menos valorado, mientras que el pueblo se manifiesta en las calles -un día sí y el otro también- pidiendo a voz en grito que nos cuente la verdad de los hechos; pues altos grados de irritabilidad y hartazgo vienen creando una situación que, con los terribles datos que ya conocemos, no se sostiene este permanente mutismo de algo tan grave y escandaloso como es la financiación ilegal de un partido durante 20 años. Y que nadie supiera nada de nada. Lo que sí parece cierto es que muchos se llenaron los bolsillos, mientras miraban para otro lado; que no firmaban recibí alguno… De modo que con todo este escándalo, uno se pregunta: ¿pero aquello era la sede de un partido serio, o la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones?
Foto: oseilloPienso, como un ciudadano más, en lo que los medios de comunicación me van mostrando día a día, y alucino, no doy crédito a lo que leen mis ojos. Uno reflexiona con rabia sobre estas cosas, absorto. Esperando con impaciencia la verdad, o que todo sea un mal sueño. Pero esta chirigotas, dimes diretes, mentiras contra mentiras, vertiginoso desprestigio de la clase política…
Pero me olvido del sueño y vuelvo a realidad: aunque qué buenas y sabrosas cuentas sacaron los populares antes y después del ladrillo ¡Cuánta transparencia en las negociaciones con los constructores! ¡Cuánta ética aparente y cuanta porquería debajo de la alfombra! Se cuenta y no se cree.
Esos que deberían ser modelo de ciudadanos, en cuyo espejo deberíamos mirarnos… Esos respetuosos ministros o presidentes de Gobiernos honrados (que los hay), de entre los que elegimos en las urnas, pensábamos en ese momento que eran las personas ideales para hacer un país más grande, rico y transparente. Pues no señor: con muchos de los elegidos en las urnas nos equivocamos. Y ellos son los que ahora nos están engañando como a inocentes corderitos.
Los partidos de la oposición –con el PSOE a la cabeza- no cesan en pedir la presencia de Mariano Rajoy en Congreso de los Diputados y que diga la verdad todo lo que sepa. Si ahora no lo hace, luego será demasiado tarde. Pues, en lo que ahora están trabajando los jueces creo que habrá que atar todavía muchos para hallar está la verdad. Mejer darle tiempo a tiempo, para no cogernos los dedos.
Pero no olvidemos que este continuado silencio por parte del principal responsable del Ejecutivo no le está haciendo ningún bien a España. Cada día son más los periódicos que dan la voz de alarma por la aptitud de Mariano Rajoy. Incluso en el exterior.
Así que cuente toda la verdad, señor Presidente.