Las tardes otoñales son lo más parecido a masticar mármol, ya se sabe que el que otoño nos convierte en carne de sicólogo, todos nuestros fantasmas afloran desde lo más profundo para acompañarnos en esas tardes odiosas en las que a las cinco ya es de noche, lo cual atribula la mente, entonces la cola de depresivos habituales pide vez en su siquiatra, son los efectos secundarios del cambio de estación, atrás quedaron las alegres tardes de sol.
No sé a quién se le habrá ocurrido cambiar la hora pero no nos ha hecho ningún favor porque a las cinco ya es noche cerrada, y eso genera una tristeza innecesaria, seguro que el ideólogo de este cambio es un nórdico aburrido que disfruta deprimiéndose ,o en su defecto leyendo algún escritor sueco propenso a fomentar el suicidio ,ya se sabe que los nórdicos son la alegría de la huerta ,nada mas hay que zambullirse en las páginas de la trilogía Milenium para darse cuenta que ,son lo más optimista del mundo.
La caída de las hojas ayuda a pensar cosas negativas, lo cual no es lo más indicado para estas fechas, donde todo parece ser más gris y silente.
Solo los raros que abundan en todas partes aman, las tormentas, los días grises y el otoño, es que la estación de los corazones rotos.
La caída de las hojas, supone el cambio de nuestros pensamientos a otros más negativos, por ello el otoño tiene tan mala fama, pero siempre hay alguien que saca partido de ello, por eso los divanes se llenan de gente perseguida por sus propios miedos que durante el verano quedaron enterrados por el optimismo que nos influye la luz del sol.
El otoño llena el paisaje de color marrón que es un color que no es precisamente positivo, quien quiera vender algo que espere a estaciones soleadas que estamos de mejor humor.
El otoño solo viene bien para los poetas y los seres creativos y los sicólogos que adoran las tribulaciones humanas y los cambios estacionales que les permite explorar el alma humana que es un universo muy complejo.
El resto del mundo vive sin preocuparse del cambio de estación, pero el otoño nos influye queramos o no, las estaciones marcan nuestro ánimo queramos o no…
Las hojas caen, las tardes son grises y el cielo se llena de nubes, y todo es de otro color, los centros comerciales siguen invitándonos a entrar…
Todo gira a nuestro alrededor…