Como en cualquier otro trabajo, políticos los hay con capacidad de gestión y también los hay negados.
El negado es aquella persona que encuentra una justificación a cada una de sus actuaciones que no obtiene los resultados prometidos.
La persona con capacidad de gestión hace razonamientos básicos, comprensibles para todos sus administrados y que siempre obtienen resultados.
Inicio con este preámbulo para exponer dos formas de gestionar la cosa pública: una positiva y la otra negativa.
El Presidente FranÁ§ois Hollande, ganó las elecciones francesas con fórmulas claras y comprensibles: Si gano las elecciones presidenciales, crearé 600.000 puestos de trabajo en educación. Y lo justificaba de forma básica: Si creamos puestos de trabajo, dejamos de pagar el paro a ese número de personas que a su vez pagan a la Seguridad Social y a fin de año pagarán sus impuestos, lo que nos da como resultado que la deuda pública sale mucho mejor parada que haciendo recortes que manden a la gente al paro.
Igualmente realizó propuestas sobre muchos otros oficios. El domingo pasado consiguió mayoría absoluta en el Parlamento de su país, y sus iniciativas y actuaciones, en el poco tiempo que lleva en el Gobierno, son percibidas como positivas por el electorado francés.
El Presidente del Gobierno de España, en los seis meses que lleva Gobernando, ha aumentado el paro en unas seiscientas mil personas. Se vende deuda de Estado casi cada semana, lo que nos lleva a una deuda casi insostenible y cada vez más cara por la falta de credibilidad en las soluciones que propone el Gobierno.
España está en la pura miseria, el paro aumenta y se bajan los sueldos. Eso deprime el consumo y le quita la alegría de vivir, disfrutar y hasta de comer a los españoles.
Lo dicho: los hay negados y los hay con capacidad de gestión política, a nosotros nos ha tocado la negra.