Han pasado XXI siglos en los que el hombre ha intentado diversas formas de gobierno, desde las monarquías, sin importar si se han producido por reyes, caciques, dictadores, el tema es que es el gobierno y la voluntad de un hombre impuesta sobre las mayorías, o la aristocracia un grupo reducido que maneja los destinos de las mayorías por creerse que son los “mejores” o más aptos para dirigir un pueblo.
Han ocurrido distintos hechos históricos, revoluciones de los oprimidos en cualquier parte del planeta y en todo tiempo, hasta que en nuestros días se aboga en la mayor parte de naciones por la democracia, entendiéndose por un gobierno que le da la potestad al pueblo para que elija libremente a sus representantes mediante el voto.
En algunos países se aplica una seudo democracia, puesto que hay partidos políticos establecidos durante décadas, si se hace un análisis superficial se dividen en las posturas conservadoras de las sociedades y los que quieren cambios pero no tan sustanciales que suelen ser los liberales, en otros casos los socialistas, quienes se rotan el poder de los unos a los otros como en un juego de naipes; una temporada un grupo otra temporada otro y los hilos del poder realmente los manejan los intereses económicos de las naciones.
Los grupos pequeños o periféricos a menos que tengan un peso por intereses les queda muy difícil participar en esa democracia, tienden a convertirse en voces pequeñas que son anuladas por los dos grupos de siempre. Decía Ortega y Gasset que es una hemiplejía moral considerarse de izquierda o de derecha, en esa frase resume lo que significa la unidad en una sociedad de gobierno humana, realmente nos hace pensar en que ambos aspectos son igual de importantes; la democracia necesita el pluralismo que la retroalimente, entre más opciones más ideas, más soluciones a los problemas, no existe una sola visión que contenga toda la verdad o que haga un gobierno perfecto; es la combinación de todos los aspectos de la sociedad lo que hace que se desarrolle y crezca constructivamente, porque cuando uno de los actores del poder tiene la hegemonía entonces viene el abuso, el monopolio y la decadencia moral, política y social de un sistema.
Los partidos más conservadores de las sociedades protegen los intereses de unas familias, o grupos que de generación en generación se pasan el poder de unos a otros y entonces aparecen los vicios, porque a quien no le ha costado conseguir una posición de mando, quien no baja al nivel de su pueblo para aprender de él y trabajar con él, sencillamente cometerá abusos que vienen dados por la ceguera que trae consigo el poder sin trabajo. Y los partidos liberales o socialistas cuando predican justicia social, son críticos con los vicios de los primeros, pero en sus actos y en su forma de vivir y al llegar a hacer uso del poder abusan igualmente convirtiéndose en sepulcros blanqueados que hablan fuerte y practican muy bien la demagogia en la oratoria pero cuando pueden viven con chalets, vehículos y restaurantes de lujo, cometiendo los mismos errores de quienes han criticado.
Ni qué hablar de los grupos terroristas en cada sociedad humana, que piensan que por medio de la violencia pueden conseguir una revolución y entonces como siempre mueren inocentes, las personas de a pie, son las víctimas, porque cuando gana algún poder revolucionario y se puede constatar en cualquier punto del planeta y en cualquier época, pasan a ser los opresores con nuevos oprimidos.
Soluciones
Hay que hacer un planteamiento nuevo a la democracia, darle la oportunidad de que florezcan nuevos partidos, nuevas propuestas, quizá un líder de derecha puede ser beneficioso para un movimiento de izquierda y viceversa, debe prevalecer el interés de la patria en cuestión siempre beneficiando a sus gentes, deben primar las necesidades más sentidas de los pueblos.
No se debe temer educar al pueblo, escuchen ustedes señores monopolios: Se debe educar a la gente corriente, porque es más peligroso un líder obtuso, arbitrario, sin escrúpulos, sin norte, sin estructura, puede ser el arma más peligrosa para un mundo civilizado; hombres y mujeres educados hacen una mejor sociedad, son más constructivos para la misma y ayudan a pensarla mejor.
“Las masas tontas” como lo expresan algunas personas que se consideran superiores a la masa humana, de la que harán parte según el ojo de quien evalúe la masa; esas masas son las que forman líderes autoritarios, egocéntricos y despiadados, en algunos casos hasta ignorantes. Una bomba atómica en manos de un líder así es un peligro para toda la humanidad y de nada les serviría a “las sociedades selectas del planeta” haber conservado por lustros, decenios o milenios su poder.
La educación trae consigo desarrollar las aptitudes de las personas, una persona que descubre y desarrolla sus aptitudes es más feliz, lo cual se traduce en que pensará menos en el crimen, la violencia, o paliativos que degeneran en problemas sociales.
Una persona educada, que viaja física o mentalmente, que conoce, que aprende, pero sobre todo que desarrolla sus aptitudes, que abre su mente, tiene mayor posibilidad a tener tolerancia al pluralismo y a comprender las ideas del otro, a no cegarse con radicalismos, claro está que hay sus excepciones pero de seguro con un ingrediente importante de ética en esa educación se verán mejores frutos en la evolución de las organizaciones sociales, políticas y económicas en aras de una mejor humanidad.