REDD+: Un nuevo mundo, el futuro de la deforestación
Las tendencias globales intensificarán las causas subyacentes de la deforestación en las próximas décadas, a menos que todos los países asuman la responsabilidad de abordarlas, según expertos en los márgenes de la cumbre de las Naciones Unidas sobre el clima que se viene realizando en Doha, Qatar.
El mundo está enfrentando grandes cambios que van a redefinir las presiones sobre los bosques: urbanización, dietas basadas en carne, incremento de la población, y una creciente demanda de madera y productos agrícolas.
“Todas estas fuerzas confabulan para influir en la tala de los bosques”, manifestó Gabrielle Kissinger de Lexeme Consulting, durante un evento paralelo en la COP 18 realizado para presentar en Doha un nuevo informe sobre los factores que impulsan la deforestación y la degradación de los bosques.
Kissinger es uno de los autores del informe de síntesis que tiene como objetivo asesorar a los responsables de la formulación de políticas y a los negociadores en la conferencia de Doha que están debatiendo el tema de REDD+, un esquema global orientado a reducir las emisiones de carbono previniendo la pérdida de bosques.
Si bien la agricultura, el aprovechamiento maderero, la producción de combustible y carbón, así como la minería son algunas de las principales causas de la deforestación y la degradación de los bosques en el trópico, los expertos también han identificado los motores subyacentes o indirectos de la deforestación.
Estos son el resultado de complejas interacciones de importantes procesos sociales, económicos, políticos, demográficos, culturales y tecnológicos que incentivan la deforestación, generalmente al otro lado del mundo.
Según Kissinger, esto significa que los patrones históricos de los motores de la deforestación no se van a repetir necesariamente en el futuro.
“Los próximos 20 años no van a ser como los últimos” 20, señaló la experta.
“Si bien los patrones históricos de la deforestación nos dan una imagen de las tendencias de los factores que la impulsan, en el futuro, esta imagen será diferente en gran parte del mundo.
“Vamos a ser testigos de mayores presiones como resultado del creciente comercio internacional de productos básicos en el mundo en desarrollo, en especial de productos agrícolas destinados a los mercados urbanos”.
En el futuro, las economías emergentes y los países en desarrollo registrarán la tasa más alta de crecimiento económico, mientras que las economías desarrolladas se verán estancadas.
“Esto significa que la magnitud de la demanda de recursos naturales, productos agrícolas, madera, minerales biocombustibles, será distinta a la de años anteriores, proviniendo la demanda de mercados diferentes a los que eran dominantes en el pasado”, sostuvo Kissinger.
Como parte de su informe, Kissinger y sus colegas analizaron los planes REDD+ de 31 países.
Cerca de la mitad identificó el crecimiento demográfico como una de las causas subyacentes de la deforestación.
La población mundial alcanzará 8,2 mil millones para 2030, con 235 millones de personas más en África ese año. Esto, junto a un mayor nivel de ingresos, significa que la demanda global de productos alimenticios deberá aumentar en 70% para 2050.
“Se espera que casi todos estos alimentos adicionales sean consumidos por los países en desarrollo, en base al crecimiento de la población y del estándar de vida, y son estos países los que van a sentir mayor presión para servir esos mercados emergentes”, sostuvo Kissinger.
Se prevé en particular que la producción de carne –responsable de importantes emisiones de gases de efecto invernadero y de la contaminación del agua así como de la deforestación– se dispare, aumentando su demanda en 85% durante los próximos 30 años.
Se proyecta también que la producción de palma aceitera aumente en 45% durante la próxima década, mientras que las semillas de aceite en 23%. Los países en desarrollo, en especial los de Asia, son los que están impulsando la mayor parte de la demanda de aceite vegetal.
¿Qué podemos hacer entonces?
“Los países deben ver más allá del sector forestal al diseñar intervenciones que tienen como objetivo modificar la presión ejercida por los factores causantes de la deforestación”, sostuvo Kissinger.
El estudio muestra que hasta ahora la mayor parte de países no lo ha logrado; sin embargo, como lo señala Kissinger, no es fácil para un país abordar por sí solo factores que están vinculados a la demanda internacional.
“Para que REDD+ tenga éxito, necesitamos que los incentivos, desincentivos y las medidas habilitadoras lleguen a los actores responsables de abordar los factores que impulsan la deforestación. REDD+ le ofrece a los países un incentivo que les permite prepararse hoy para afrontar las presiones de los motores en el futuro y avanzar hacia una coordinación importante entre sectores”.
“Además, la creciente urbanización en el futuro refuerza la tendencia de que la deforestación está siendo impulsada cada vez más por los mercados mundiales de productos básicos y no por los actores locales”.
“Esto significa que los países REDD+ deben encontrar maneras de desvincular el crecimiento económico de la deforestación”, sostuvo.
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