Sociopolítica

Reflexión sobre el aborto

La razón. 18/09/2008. El prefecto para la Doctrina de la Fe, el cardenal William Levada, terció ayer en la polémica suscitada por el proyecto de una nueva Ley del aborto y recordó la doctrina de la Iglesia católica sobre la cuestión. En un encuentro con periodistas antes de participar en las jornadas sobre «Teología de la Palabra» en Santiago de Compostela, el cardenal estadounidense mostró su tristeza por el anuncio del Gobierno y reclamó «diálogo» ante un asunto que «no es meramente político» sino que «toca las raíces del género humano».

Levada reconoció que le «entristece» el anuncio del Gobierno porque «es un signo de que la visión de la vida creada, la preciosa dignidad de cada persona que comienza con la concepción, no está en la base de un proyecto como éste». El cardenal explicó que el aborto no puede considerarse como «una cuestión meramente política, sino como algo religioso y cultural que tocas las raíces del género humano».

Yo no pretendo abrir un debate sobre aborto sí o aborto no, ni si estoy a favor o en contra de una nueva Ley. Simplemente hago una reflexión sobre la hipocresía que  observo en torno a este tema.

Con respecto a la tristeza que mostró el cardenal Levada por el anuncio del Gobierno, quiero pensar y lo deseo, que esa misma tristeza la mostrara también cuando su Presidente anunció la invasión de Irak en la que, al día de hoy, son miles de niñas y niños los que han muerto o han quedado discapacitados sin ayuda alguna.  Y en cuanto a lo expresado, de que el aborto no puede considerarse como «una cuestión meramente política, sino como algo religioso y cultural que toca las raíces del género humano», me remito a lo que Santo Tomás de Aquino, uno de los más grandes pensadores de la Iglesia Católica (admirado por la misma y a la vez censurado por su ponencia sobre el aborto) dijo cuando le preguntaron si se debía prohibir o no la prostitución: «La función de la ley humana no es ordenar al ser humano a la vida eterna, que es lo propio de la ley divina, sino buscar el bien común, es decir, aquella «tranquilidad social» que deriva del orden justo establecido en las relaciones entre los miembros de la sociedad. La ley humana tiene que ver solamente con los actos externos, que son los únicos que son accesibles al conocimiento de los demás seres humanos, y así, no tiene la misma extensión que la ley moral. La ley humana tiene un fundamento ético, en la ley natural, pero no es a ella en primer lugar a la que corresponde llevar al hombre a la perfección moral. Su objeto es el orden social antes que la perfección individual».

Por lo que cabría preguntarse si no es el derecho así como la responsabilidad de las católicas y los católicos seguir a su propia conciencia en asuntos morales, aun cuando ésta entre en conflicto con la enseñanza de la Iglesia, ya que las creencias es algo tan íntimo y tan personal, que imponer unos determinados comportamientos desde la prepotencia o la supremacía de estar en posesión de la verdad, quizás demuestra una falta de conocimiento humano y de respeto a la dignidad de las personas.

La Fundación RedMadre y Gloria Juste, presidenta de la  Asociación  Mujer y Trabajo, han presentado el manifiesto «Mujeres ante el aborto» a favor de la vida. El documento, firmado por 50 mujeres relevantes de la sociedad española entre las que destacan importantes personalidades del mundo de la moda, directivas, artistas, periodistas, escritoras, empresarias y científicas, tiene como último fin llegar a todos los grupos políticos con representación parlamentaria en la sociedad y sensibilizarles ante un problema tan real como es el aborto. Y yo me pregunto: ¿Están ellas verdaderamente sensibilizadas? Es bien sabido que las cruzadas anti-aborto han estado basadas en una estrategia que promueve la falsa impresión de que la mujer elige el aborto por razones frívolas, como hace poco ha venido a decir una conocida periodista (firmante en este manifiesto) en un debate televisivo. Por lo cual, ¿estas relevantes mujeres de la sociedad española, se habrán dignado a bajar de la cumbre de la autosuficiencia para acercarse con solicitud profunda y auténtica a otras realidades muy distintas a la suya?

Las abajo firmantes de dicho documento dicen: «Somos conscientes que es posible, y además probable, que el análisis del problema que se ha presentado en este comunicado  sea considerado por algunos como propio de un enfoque integrista y retrogrado. Frente a  esta posible interpretación queremos terminar este manifiesto afirmando que: para colaboraciones y donativos hay una cuenta corriente: Mujeresanteelaborto CCC 21002928340200079964″

De acuerdo, muy loable ese gesto, faltaría más. Como también lo es, el sonreír abiertamente dándole ese toque triunfal a la consabida foto de prensa, y el manifestar que «No hay nada mas progresista que defender a los más indefensos», Lo que pasa es que, dado mi carácter fisgón y entrometido, no puedo evitar que todo esto me sugiera una pregunta: ¿por qué no intentaron anteriormente, siguiendo esa vía progresista que las distinguen, sensibilizar de igual manera a todos los grupos políticos con representación parlamentaria en la sociedad, del sufrimiento que conlleva una guerra o una invasión? Y aun cuando hubiesen creído ingenuamente y de buena fe en los fines altruistas y humanitarios de ciertos presidentes de estado, ¿se detuvieron a pensar si valdría la muerte o la mutilación de un solo niño la consecución de esos fines? ¿Por qué no defendieron entonces a los más indefensos tan abiertamente como lo hacen ahora?  Si exponemos que el principio fundamental es que la vida comienza al momento de la concepción y, por lo tanto, el feto es digno de derechos y protección, ¿qué pasa después del nacimiento que ya no tienen los mismos derechos?…

Por favor… ¿Por qué no somos un poco más consecuentes? Y si decimos que la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción (con lo cual estoy de acuerdo), no es de lógica que miremos hacia otro lado cuando en parte somos responsables de las muertes de tantos y tantos niños a causa del hambre, de las guerras y el sida. ¿Es que cabe mayor hipocresía que prohibir el aborto con argumentos piadosos aduciendo a la santidad de la vida, y al mismo tiempo apoyar la pena de muerte y la venta de armas? Por ejemplo, sin ir más lejos, ahí tenemos al Sr. Bush, Presidente de los EE.UU. Se manifiesta abiertamente en contra del aborto, y continúa manteniendo la pena de muerte en 38 estados, la fabricación y venta de armas, y la ilegalidad de la prisión de Guantánamo. Ah, por cierto, cortada por el mismo patrón está Sarah Palin, la candidata a la vicepresidencia de John McCain. Esposa ejemplar, madre de cinco hijos, contraria al aborto, y a favor de la pena de muerte y la invasión de Irak (…)

Ojala llegue el día en que seamos conscientes de que el amor es el principio que crea y sustenta las relaciones humanas con dignidad y con profundidad, y se consiga por fin la igualdad y la paz en esta sociedad glacial, regulada por la burocracia y los burócratas.

El mundo es demasiado pequeño para dar cabida a tantas injusticias y sufrimiento. No sigamos llenándolo.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.