EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Cumplido un año de la celebración del XVI Congreso Nacional de PP, celebrado en Valencia donde Rajoy fue elegido por segunda vez presidente del Partido Popular, por cierto, las cabronadas que ha tenido que aguantar, y sigue aguantando, para obtener este refrendo, los populares, como si de una peregrinación a la Meca se tratara, se han reunido de nuevo en la capital de la Comunidad Valenciana para no se sabe muy bien que celebración.
En el partido de la derecha se habla por un lado de acto de reafirmación, de reafirmación de qué, hay quien habla también de refundación, pero lo cierto y verdad es que si entramos en la de la reafirmación la cosa está bastante oscura, porque hay que tener en cuenta que en el PP, desde que Aznar tomó sus riendas, se ha hablado de partido de centro, de centro derecha, de centro reformista, de liberal y hasta hubo un momento en que el que fuera portavoz del gobierno de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, dijo que Aznar estaba aplicando una política socialdemócrata. No sé si se me olvida alguna ideología más, seguro pero seguro que sí. Pero hay quien en el PP por desprenderse de ese lastre habla de refundación. ¿Refundación? Si esto es el camino de la refundación ¿qué espacio ideológico le queda al PP? ¿Volver a sus origines, que, por cierto, en realidad nunca ha abandonado, es decir a la derecha de siempre? Eso más que refundar es volver a ser lo que nunca se dejó de ser.
Su puede llegar a pensar en el resurgir de un nuevo ideario: El Marianismo. Pero no creo que merezca la pena porque está claro que Mariano Rajoy, antes o después, será apeado de su cargo, tiene enemigos/gas muy fuertes y muy ambiciosos/sas dentro de su partido. Rajoy es un hombre con los días contados. En el Partido Popular saben que no es un personaje atractivo para las masas, que su carisma es más que limitado limitadísimo. No sabe llegar a la gente y su verborrea política es muy corta y por ese motivo hace que se repita una y otra vez en lo mismo, lo cual, indudablemente, cansa a los que le escuchan. Yo les aconsejaría a los del PP que optaran por la refundación, una refundación en la que se pudiera refundir a Mariano Rajoy por si hay, aún, algo de aprovechable en él, cosa que dudo.
Lo malo de Rajoy, es que para ser presidente del Gobierno depende de los votos de madrileños y valencianos y en lo que respecta a los votos de los habitantes de la villa y corte, alguna pensará que porque no aprovecharlos ella. Camps le ha prometido a Rajoy millón y medio de votos de los valencianos, cosa que no ha hecho Esperanza Aguirre. En cualquier caso Rajoy puede seguir peregrinando anualmente a Valencia para recordar viejos momentos de gloria.