Pareciera que tenemos las necesidad de amontonarnos por sectores de pensamientos u opiniones, y necesidad también por amedrentar cualquier otro que no es afín con los nuestros.
Y si de movimientos o agrupaciones hablamos, “La religión” no está exenta en ninguna manera de esta metodología de pensamiento.
Quiero decir, que si analizamos a lo largo de los siglos como reaccionó la humanidad respecto a la religión o religiosidad, podemos observar por lo menos dos polos muy opuestos entre si.
En el mejor de los casos, contribuyó a obras positivas y constructivas sobre las personas y el mundo, pero en muchas otras, absolutamente todo lo contrario.
Cuantas veces “la religión”, fue y es utilizada como movimiento político, capaz de iniciar las mas crueles guerras. Solo por mencionar algunos, podemos ver como la historia muestra cuantas muertes ocasionó “Las cruzadas”, matando en nombre de Dios por no pertenecer a su grupo “religioso-político”, o los miles y miles de judíos que murieron en campos de concentración, victimas de las más crueles torturas, aberraciones y ultrajes, con solo leer o escuchar lo que muchos de ellos vivieron, automáticamente me invade un sentimiento de angustia. Todo este sufrimiento fue ocasionado, entre otros intereses, por ser ideológicamente distintos.
En la época de la inquisición, se quemaba literalmente a las personas, por no “afiliarse” a la ideología o creencias de los que manejaban el poder de esos tiempos.
Podríamos así enumerar muchos otros ejemplos, una y otra vez, se usa y se usó “la religión” para manipular, gobernar, desatar guerras o tener poder.
Dejando atrás la historia, actualmente, también podemos ver muchas religiones o denominaciones, opuestas entre sí, cada una defendiendo su posición, afirmando que la propia es la verdadera, y no genuina las demás.
Resumiendo esta primera parte, podemos ver, en reiteradas veces que estos movimientos sirvieron para alejar a las personas de Dios, y crearon un pensamiento social de descreimiento de estas instituciones, y por consiguiente finalizaron en un desprestigio de las enseñanzas de Jesús.
En otros casos, pertenecer a una religión significa, tomar la tradición de nuestros progenitores, solo por el hecho de la tradición misma, sin tener la posibilidad de replantearse que es lo que quiero o siento al respecto.
Para otros, “la religión”, solo es una lista de acciones que no debo hacer, para de esta manera ganarme el cielo por las buenas obras, pero haciendo énfasis en lo que NO DEBO por obligación y nunca por convicción o decisión propia.
No quiero con esto decir que todas las religiones del mundo deben quedar acéfalas, ni mucho menos, ya que creo son necesarias, de hecho pertenezco a una que me brinda la posibilidad y el espacio de ejercer mi necesidad personal de servir a Dios.
Lo que quiero expresar es que, “la religión” en si misma no salva a nadie, ni que tampoco pertenecer a cualquiera de ellas garantice una vida cerca de Dios.
Entonces, surge la pregunta: ¿Cual es la verdadera religión?
Para encontrar la respuesta no pude más que ir a la Biblia, para ver lo que decía al respecto.
Mateo 9:9
Le dijo Jesús a Mateo: “¡Sígueme!”
Santiago 1:27
Esta es la verdadera religión, creer en Dios es agradarlo y hacer el bien, ayudar a las viudas y huérfanos cuando sufren, y no dejarse vencer por la maldad del mundo.
Ahora bien, ¿Como hacer para no caer en la corriente de maldad en la cual estamos los seres humanos inmersos?, ¿nunca te ha pasado que has planeado hacer el bien, y el bien que quieres hacer no puedes, sino que haces el mal?
Convencido estoy que para lograr la salvación personal, la llave no se llama religión, sino “Relación”.
Debemos cambiar nuestra vida de religión por una vida de Relación con Jesús, una relación personal, basada en la propia experiencia, y no en tradiciones de terceras personas.
¿Pero como podemos hacer para vencer la maldad que nos rodea?, siendo que nosotros mismos, los seres humanos, somos los emanadores de dicha maldad.
La respuesta fueron las palabras de Jesús a Mateo: ¡Sígueme!
Jesús esta hoy esperando que decidas seguirlo, quiere establecer una vida de “Relación” contigo, y no de religión.
Relación que dará fruto de salvación, restauración y una vida nueva.
Casi que puedo ver a Jesús muy dolido, por el daño que la religión causó en muchas oportunidades, pero al mismo tiempo con un deseo incontrolable de El para relacionarse en manera personal con el lector de esta reflexión.
¿Como reaccionarás ante la invitación de aquél que pagó con precio de sangre?, acción que tuvo un costo muy alto, todo para que cada uno de nosotros tenga nuevamente hecha la propuesta.
Jesús hoy renueva la invitación, y te dice:
¡Sígueme!
¿Cual será tu respuesta a tremenda invitación?
Autor:Fabio Miguel Pereyra
http://reflexionesbreves.blogspot.com