A poco más de una semana, los socialistas valencianos tienen cada día más difícil poder elegir un candidato de entre los 4 propuestos para dirigir un nuevo socialismo que haga renacer la esperanza de los trabajadores y trabajadoras de nuestra Comunidad.
La Prensa nos da cada día noticias de los juegos malabares de cada uno de los candidatos en liza, incluso con calificativos como: «Ximo Puig, el aspirante que no quiere ser candidato». Esto, ¿tiene su porqué?.
La misma foto de los perdedores de Sevilla, vuelve a ocupar los diarios cada día en nuevas versiones.
Al señor Puig, caracterizado durante toda su historia política por su falta de solidaridad y ocupar cargos políticos e institucionales, capaz incluso de imponer su voluntad a Rubalcaba, que no quería alcaldes en sus listas a las generales, ahora no le importa para nada, con tal de ganar, realizar un pacto con Leire Pajin, a la que desea colocar como candidata a la Generalitat, a cambio de su apoyo.
Una persona que en los últimos resultados electorales en Alicante perdió 14 puntos daría a los socialistas valencianos la seguridad de terminar el hundimiento llevado a cabo por el actual Secretario General y su Ejecutiva de Alcaldes perdedores electorales en sus respectivas ciudades y pueblos.
Mucho deberán saber lo que hacen los Delegados y Delegadas… las pérdidas electorales disminuyen la capacidad de un Partido de otorgar cargos a sus fieles.
Ferraz va a reducir los 100 empleados que en la actualidad le prestan servicio al Partido. Y Blanquerias, con la enorme deuda acumulada, tendrá que hacer incluso mucho más. Y así sucesivamente. Si no se ganan elecciones, no se tiene poder. Solo queda votar, y votar bien, a quien sea un candidato capaz de hacer renacer la esperanza socialista en la Comunidad Valenciana.