El aporte de las hidroeléctricas tropicales al calentamiento global debe incluirse en recuentos nacionales, dicen P. Fearnside y S. Pueyo.
Las centrales hidroeléctricas ubicadas en los trópicos «•incluyendo aquellas en la Amazonía»• emiten cantidades importantes de gases de efecto invernadero (GEF) cuyo recuento suele omitirse parcial o totalmente en los catastros nacionales de emisiones de carbono, señalan investigadores en Nature Climate Change (junio).
La justificación para omitirlas suele ser que las emisiones son un tema controvertido, incierto o sobre el que no hay consenso, plantean en la sección de Opiniones y Comentarios Philip Fearnside y Salvador Pueyo, del Instituto Nacional de Investigación en la Amazonía, Brasil, y del Instituto Catalán de Ciencias del Clima, España, respectivamente.
Sin embargo, señalan los autores, “el hecho de que una cantidad sustancial de emisiones esté involucrada difícilmente puede considerarse incierto, ya que éstas se han medido directamente en embalses tales como Balbina, en Brasil, y Petit Saut, en Guyana Francesa”.
Los GEF emitidos por las centrales hidroeléctricas provienen principalmente de la descomposición de los árboles que mueren en las zonas inundadas. Esta materia orgánica cae al fondo del embalse formando sedimentos que comienzan a liberar gas metano.
Estas fuentes de emisiones “debieran ser consideradas como contribuciones al calentamiento global”, ya que los embalses se convierten en verdaderas “fábricas de metano” que se libera a la atmósfera.
Los autores advierten que las actuales mediciones de gas metano en distintos puntos de las centrales hidroeléctricas incurren en errores metodológicos que han llevado a que en algunos casos la estimación sea hasta 16 veces más baja que la emisión real.
Denuncian que en Brasil, donde hay 217 grandes represas, errores matemáticos han llevado a que las estimaciones de las autoridades eléctricas den cuenta de sólo un cuarto de las emisiones reales de GEF en los embalses.
Al corregir los cálculos, los autores concluyen que los embalses de las centrales hidroeléctricas brasileñas emiten un volumen de GEF igual o mayor al que emite Sao Paulo.
Entre 2011 y 2020 Brasil planea construir 48 grandes represas, 30 de las cuales estarán en la Amazonía Legal. A éstas se sumarán otra docena de represas en Perú y otros países amazónicos.
“Desafortunadamente, es esperable que estas represas tengan emisiones acumulativas que excedan aquellas de la generación de combustibles fósiles por períodos que se pueden extender por varias décadas”, volviendo indefendible el argumento de que contribuyen a mitigar el calentamiento global.
Ignorar o subestimar sus emisiones llevará a que las cuotas negociadas por los países para reducir sus emisiones sean insuficientes y que las temperaturas globales sigan aumentando.
Enlace al artículo completo en Nature Climate Change
Fuente: Nature Climate Change
SciDev.Net