Dice el refrán que «a perro flaco todos son pulgas» y eso es lo que le está pasando en los últimos tiempos al partido en el Gobierno. Y no será porque no se viera venir, pero parece que la estrategia infalible de Arriola, Moragas y Oyarzabal es mucho más sólida que la de los conciudadanos irrelevantes que expresamos en estos foros nuestra opinión. Siempre ha habido clases. Aunque tampoco se puede decir en este caso que las pulgas no se las ha buscado el galgo.
Para ser anticronológico, aunque a modo de guinda del pastel, el PP acaba de sufrir una estocada que lo ha dejado, o debería haberlo dejado, tocado y hundido. El Tribunal Constitucional ha emitido, siete años después, una sentencia que ampara La ley de matrimonio homosexual y la adopción, derribando así el recurso de anticonstitucionalidad presentado por el PP cuando ‘vivía en el Ministerio de la oposición’ y que, dicho sea de paso, no quiso retirar cuando llegó al poder.
Cuando un partido político apuesta por una estrategia, en este caso la de la confrontación, en un tema tan importante como el del matrimonio de las parejas del mismo sexo, y después los tribunales te quitan la razón, lo mínimo que puedes hacer es agachar la cabeza y marcharte a casa. «Sí, me he equivocado, me voy». No será el caso de los peperos progres anti gays, que no anti Oyarzábal (supongo), que ni se han inmutado por esta resolución. Algo ha dicho Gallardón, aunque para lo que ha dicho, mejor, no haberlo dicho.
Y es que el PP no para de acumular fracasos, lo que vulgarmente se conoce como «catrasca» (cagada tras cagada). Hace un par de semanas, la debacle en las elecciones vascas y el fracaso de la estrategia pro nacionalista de Basagoiti y compañía. Hoy, el Tribunal Constitucional les deja fríos, helados y gélidos con la sentencia del matrimonio gay. Y ahora además parece que Madrid se ha subido al cortejo fúnebre emprendiendo el angosto y tortuoso camino que les conducirá a Finisterre.
Una vez que han conseguido subir a la catenaria a Esperanza Aguirre y han conseguido que el ínclito González suba los impuestos, compitiendo en antiliberal con el propio De Guindos, la heredera de Gallardón, la ex primera dama consorte, ha metido la pata hasta el corvejón. No sólo por su nefasta gestión del tema del macroconcierto en el Arena, sino porque ayer salió a la luz una información (confirmada por ella misma) que nos contaba que la señora Botella estuvo este fin de semana descansando en un SPA de lujo en Portugal mientras en Madrid explotaba el escándalo del Madrid Arena. Artur Mas se gastó 1600 euros en una noche en un hotelucho en Moscú y la señora Botella se va de relax a Cintra para olvidarse del lío de la megamacrofiesta.
Este es el partido del Gobierno. El partido de Basagoiti, que se arrodilla ante el PSE y se hunde en las últimas elecciones. El partido nacionalista-liked que apoyó los presupuestos separatistas de Artur Mas en Cataluña. El partido del recurso del matrimonio homosexual que acaba de ser tumbado por amplia mayoría en el Tribunal Constitucional. El Partido que ha subido hasta límites históricos el IRPF, la luz, el IVA y todas las tasas corrientes. Y en definitiva es el partido de los zoidos y botellas, señoritos de campo, que como las ratas que abandonan el barco huyen al país vecino a reposar en un SPA mientras unos padres entierran a sus hijas y millones de personas son desahuciadas, explotadas y vilipendiadas.
Como en tiempos de ZP, yo me pregunto ¿y a estos, quién los ha votado?