Economía

Rescate de Fannie Mae y Freddie Mac, ¿capitalismo liberal estadounidense?

«El capitalismo liberal estadounidense funciona así: los beneficios son privados; las pérdidas se pagan a escote. Cuando me va bien, que el Estado no se meta de por medio» – Ignacio Escolar

El «recate» de Fannie Mae y Freddie Mac (FyF) por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) ha sido interpretada por el autor de la cita como una muestra de cómo funciona lo que él ha decidido llamar el «capitalismo liberal estadounidense». Yo creo que está terriblemente equivocado.

No lo sé de cierto, pero supongo que al sr. Escolar no le gustan el capitalismo, el liberalismo, ni los Estados Unidos. Lo que sí es evidente es que no sabe lo que son el capitalismo y el liberalismo.  De otro modo se daría cuenta de que la acción de la Fed es una acción contraria a ellos, que se trata de una acción de corte socialista que intenta resolver los problemas causados por otra acción de corte socialista.

En Estados Unidos existía un sector hipotecario que operaba conforme a los principios capitalistas. Las empresas eran propiedad de particulares y operaban con el propósito de obtener utilidades. Quienes querían un crédito para comprar una vivienda acudían a estas empresas para conseguirlos. Pero a algunos políticos no les gustaba que a muchas personas se les negaran créditos cuando las empresas consideraban que no obtendrían las utilidades que esperaban. Dicho de otro modo, no les gustaba cómo operaba el libre mercado.

Así que contraviniendo el principio liberal de un gobierno limitado, esos políticos decidieron darle al gobierno una nueva tarea: la de hacer realidad el «derecho a la vivienda» de los norteamericanos. Un «derecho» de concepción socialista, que impone a los individuos la obligación de trabajar para que un tercero obtenga la propiedad de un bien.  Ese «Derecho» que no sería reconocido por el capitalismo y el liberalismo por esa razón.

Y con la nueva tarea, vinieron nuevos poderes: el de crear empresas en las que, con el gobierno como socio (el socialismo promueve la propiedad gubernamental) se pusiera al alcance de las empresas inmobiliarias recursos para otorgar  créditos que de otro modo habrían negando. Se estaba logrando así el objetivo socialista de distribución de los bienes. El gobierno participaría en el mercado hipotecario interfiriendo así con su libre operación, contraviniendo los principios capitalistas y liberales.

Con el gobierno interviniendo en el mercado hipotecario, poniendo a la mano los recursos que las empresas inmobiliarias no prestarían si fueran suyos, se creó un ambiente favorable para los abusos y fraudes. Había mucho dinero por hacer en el mercado inmobiliario, ¿a quién le iba a importar que el deudor no tuviera solvencia o los bienes tuvieran precios inflados? A nadie, al fin y al cabo ahí estaban FyF y el gobierno de los Estados Unidos para respaldar todas esas operaciones si algo salía mal.

Y algo salió mal, muy mal de hecho, y la Fed terminó «rescatando» FyF cuando estalló la burbuja inmobiliaria y ellas se quedaron con una cartera vencida gigantesca y sin la posibilidad de seguir operando por sí mismas. El costo del rescate será igualmente gigantezco y lo pagaran los ciudadanos norteamericanos probablemente a lo largo de generaciones, algo inaceptable desde el punto de vista liberal y capitalista.

Esa medida socialista, la de impedir el quiebre de unas empresas en nombre «del bien común».  Se envían muy malas señales hacia el futuro: El comportamiento abusivo y fraudulento no tendrá consecuencias, el gobierno «rescatará» a las empresas siempre y cuando el problema sea lo suficientemente grande, y se pasarán a futuras generaciones los costos de nuestros errores siempre que sea posible.

Si se hubiera dejado trabajar al mercado hipotecario de los Estados Unidos bajo principios liberales y capitalistas no habrían existido FyF, y nigún rescate habría sido necesario. Pero muy pocos políticos habrían podido ganarse los votos de aquellos que ingenuamente creían que ellos  harían posible su «derecho a la vivienda» sin que ello tuviera un costo.
Sé que mi narración de lo que ha pasado con FyF es inexacta, simplista, y posiblemente equivocada en más de una cosa, pero espero haber dejado en claro que el capitalismo y liberalismo norteamericano poco tienen que ver con el problema de FyF.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.