Una post-crisis implica una rápida evolución. Alternativa nunca aconsejable es la revolución. La diferencia entre una y otra palabra es tan sólo una “r”: la “r” de responsabilidad.
No hay dinero para luchar contra la pobreza. Ni para proteger el medio ambiente. Pero para el “rescate” de algunas de las instituciones financieras que condujeron a la presente crisis, aparecieron centenares de miles de millones de dólares. Ha llegado el momento de rescatar a la Madre Tierra y a la gente que la habita. No podemos seguir callados.
En la cumbre de la FAO en Roma, ¿dónde estaban los países del G-8 o del G-20? ¿Dónde está la ayuda de los más prósperos? ¿Dónde la movilización de las iglesias, de todas las creencias, ante los miles de personas y de niños que mueren cada día de inanición? ¿Dónde el principio de inflexión de gastos en armamento hacia la calidad de vida de la gente? ¿Dónde la transición de una economía de guerra y especulación a una economía de desarrollo global sostenible?
China, país comunista/capitalista, se ha convertido en la gran fábrica del mundo en condiciones laborables que no han tenido en cuenta quienes obtenían de este modo tantos beneficios. El país asiático y los Estados Unidos de Norteamérica comunicaron ¡que reducirían las emisiones de CO2!
Ya han rectificado parcialmente. Y más harían, mucho más, si se dieran cuenta de que las generaciones futuras de ambos gigantes no les perdonarán un error de tan hondo calado. Deberían unirse a las medidas que el resto de la comunidad internacional, reunida en unas Naciones Unidas reforzadas, apruebe. ¡Lo que ahora nos faltaría es que el G-20 quedara reducido a un G-2!
Mientras ocurre tanta destrucción y despilfarro, el IBEX se reunía con las jerarquías eclesiásticas españolas para contribuir a la organización del viaje de su Santidad el Papa a España. Sin comentarios sobre esta fotografía, pero sí del deseo de ver la misma imagen con la pancarta “Campaña Pobreza Cero”. Insisto en que me es difícil conciliar el sueño cuando pienso que seguimos invirtiendo 3,000 millones de dólares al día en armas al tiempo que mueren más de 60,000 personas de hambre, miseria y desamparo. Es una vergÁ¼enza colectiva.
Y nosotros mirando hacia otro lado, espectadores impasibles, afanados cada uno en sus problemas cotidianos. ¡Ha llegado el momento de la expresión ciudadana, liderada por las comunidades artística, intelectual, académica, científica! Es necesaria una gran movilización informática y popular, cuando todavía estamos a tiempo de realizar el gran cambio que la crisis debería producir.
Porque estoy convencido de que, si no rectificamos, en 5 o 10 años, la situación y perspectivas sociales, laborales, medioambientales… serán de tal índole y pueden alcanzar tal gravedad que produzcan, en términos orteguianos, la “rebelión de las masas”. Una post-crisis implica, aunque algunos sigan resistiéndose a ello, una rápida evolución. Alternativa nunca aconsejable es la revolución. Y, una vez más, debo recordar que la diferencia entre una y otra palabra es tan sólo una “r”: la “r” de responsabilidad.
Federico Mayor Zaragoza
Presidente de la Fundación Cultura de Paz y ex Director General de la UNESCO