Sociopolítica

Revolución Bolivariana o Robo-lución bolchevique

Los pueblos de Venezuela y Colombia son quienes sufren las consecuencias del manejo irresponsable de la política chavista. Mientras la inacción de la OEA, la ONU y la reciente visita de cancilleres europeos como Miguel A. Moratinos ofrecen oxigeno al tirano venezolano sin considerar que apoyando o tolerando al intolerante afectan las relaciones económicas y de todo tipo entre dos pueblos hermanos.
El hallazgo de armas del ejército venezolano en poder del grupo terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sigue distanciando a los gobiernos de Colombia y Venezuela. Se hace cada vez más evidente que son varios los países latinoamericanos que marchan hacia ningún sitio hipotecando el futuro de sus pueblos, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua se han constituido en la vanguardia de la corriente socialista del Siglo XXI y la influencia del régimen chavista se ve con claridad en países como Honduras, Argentina y Perú al amparo de la ineptitud de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y de gobiernos europeos como el español, «muy correcto políticamente».

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pidió al presidente Chávez que no aplique medidas contra Colombia y recurra al diálogo para resolver las diferencias sin cerrar la frontera común. La respuesta del régimen chavista fue terminante «se están estudiando todas las opciones». En tanto, el comercio y las empresas colombianas instaladas en Venezuela están bajo vigilancia y Chávez reforzó la presencia militar en la frontera. Casi al mismo tiempo, un comunicado oficial colombiano señalaba que el canciller de Colombia, Jaime Bermúdez entregó el pasado 2 de junio a su colega venezolano, Nicolás Maduro, un documento en el cual se demuestra la evidencia que las FARC poseían tres lanzacohetes pertenecientes a un lote de armamento vendido por Suecia a Venezuela en el año 1988. El gobierno sueco confirmó por los números de serie que los lanzacohetes incautados en octubre de 2008 a las FARC fueron vendidos al gobierno de Venezuela y pidió explicaciones a la administración chavista en relación a cómo fueron a parar a manos de ese grupo considerado terrorista por la Unión Europea (UE).

La Cancillería Colombiana entregó también al ministro de exteriores venezolano Nicolás Maduro información documental en la cual dos subcomandantes terroristas de las FARC mencionan la colaboración por parte de tres altos funcionarios del gobierno venezolano en la entrega de lanzacohetes de características similares a los que fueron incautados por las fuerzas colombianas. La OEA sabe que el gobierno colombiano transmitió a Venezuela esta información de manera discreta con el propósito de no agravar la crisis y obtener una aclaración de la administración Chávez, pero hasta ahora no hubo respuesta alguna. Por el contrario, Chávez advirtió severamente a Uribe (ordenó el retiro del embajador venezolano de Bogota y congeló las relaciones comerciales) que romperá definitivamente los lazos con Colombia si hay una próxima declaración verbal del gobierno de Uribe que signifique una «nueva agresión». En vez de dar una explicación creíble o abrir una investigación seria, Chávez optó por decisiones que «agravan la sospecha» de su colaboración con los narco-terroristas de las FARC.

En otras palabras. Los pueblos de Venezuela y Colombia son quienes sufren las consecuencias del manejo irresponsable de la política chavista. Mientras la inacción de la OEA, la ONU y la reciente visita de cancilleres europeos como Miguel A. Moratinos ofrecen oxigeno al tirano venezolano sin considerar que apoyando o tolerando al intolerante afectan las relaciones económicas y de todo tipo entre dos pueblos hermanos.

Lo cierto es que Chávez ha instalado desde algún tiempo (con relativo éxito) el conflicto del enemigo externo con Colombia para evitar que los venezolanos y la comunidad internacional se ocupen de los problemas irresueltos del país, el aprendió esta estrategia rápidamente de sus patrones Fidel Castro y Mahmud Ahmadineyad, pero lo concreto es que el tiempo muestra la realidad del fraude, las falacias y la inconsistencia de su proceder. Lo preocupante, es la inacción de los organismos supranacionales y el doble rasero con el que se miden las acciones de estos regimenes dictatoriales, en particular el del «fÁ¼hrer caribeño».

Venezuela esta a punto de convertirse en una segunda Cuba, es el socio extra-continental más importante con el que cuenta el régimen represor iraní sindicado como el más activo patrocinador del terrorismo en Oriente Medio y en América Latina. El chavismo dispone de plenos poderes en un parlamento adicto que le permite elaborar y promulgar leyes a su gusto, ya no hace falta que Chávez gobierne por decreto. El régimen chavista es profundamente racista y antisemita, ataca, corrompe o elimina a cualquiera que se constituya en oposición. Amordaza los medios de comunicación. Se incautan empresas y se nacionaliza la prensa opositora al régimen. Solo fanáticos y nostálgicos nazi-estalinistas pueden apoyar a estas alturas la «robo-lución bolivariana» que ha puesto a Venezuela en camino de convertirse plenamente en una dictadura del mas rancio corte fascista. Por tanto, si Chávez piensa que con una dictadura férrea puede ayudar a los pobres a mejorar sus vidas, caben dos alternativas a evaluar, o es un lunático o es un perverso mentiroso. Citare solo un ejemplo que da por tierra con el discurso chavista y de sus acólitos: «Los países productores de petróleo del mundo árabe han basado su economía (a través de la historia) únicamente en el consumo, mientras que la producción ha llegado siempre del exterior». Chávez no ha modificado en lo absoluto este esquema típico de las monarquías del Golfo y hasta del dictador Saddam Hussein en su tiempo, por lo que no debe extrañar que en Venezuela se avizore la misma corrupción del liderazgo petrolero del Oriente Medio. Si en Venezuela se vulgarizan los derechos ciudadanos desde el seno mismo del régimen gobernante, si las libertades no se desarrollan ni se respetan esto significa que, a fin de cuentas, serán los pobres los que pagarán mientras el tirano demagogo despilfarra el dinero del petróleo y permite que las mafias se constituyan y dominen la economía del país.

Chávez esta convencido que sus mejores amigos Ahmadineyad y Khameni son económicamente antiamericanos y que estos combaten el imperialismo capitalista porque buscan la independencia del pueblo de Irán. Este es un pensamiento tan infantil como ridículo, propio de una ideología izquierdista-adolescente que muestra prístinamente que Chávez no entiende nada del juego político-económico del Oriente Medio. El hijo putativo de Fidel Castro no conoce en absoluto las estrategias del otro lado del mundo, se equivoca nuevamente Chávez y se muestra en su completa estrechez de hombre limitado y acotada inteligencia. En Oriente Medio, las cosas no son como parecen, los lideres regionales, «no cumplen lo que prometen y lo que dicen sus palabras no es verdaderamente lo que piensan», Chávez no sabe de esta idiosincrasia, para cuando se entere, colisionara frontalmente con la realidad de la traición y allí, puede que el precio a pagar ante su pueblo sea muy alto. ¿Quien que conozca de historia y geopolítica del Oriente Medio puede dudar que en el corto plazo Ahmadineyad cederá los campos petrolíferos más importantes de Irán al mejor postor? Esos pozos ya están reservados para EE.UU. para cuando las relaciones se normalicen. El régimen de los mullah durante treinta años se acostumbró a ofrecer ventajas a otros con el fin de imponer su dictadura en el ámbito interno y así someter a su propio pueblo, y eso será lo que haga Ahmadineyad cuando llegue el momento.

Si el verdadero interés de Chávez fuera alcanzar la independencia de su país entonces estaría de acuerdo con él, pero si su objetivo es otro como se ve a través de sus acciones de gobierno, entonces que duda cabe que estamos frente a un tirano totalitario que se siente emperador de Latinoamérica por contar con un puñado de sirvientes que birlan los dineros y las regalías del petróleo al pueblo de Venezuela haciendo las veces de presidentes de países amigos de Chávez, que en definitiva esto es lo que hace Morales desde Bolivia, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua y Cristina Kirchner desde Argentina.

El aspecto relevante (y a la vez peligroso) de ésta Sudamérica sin rumbo ni liderazgo (es justo decir, con las excepciones de Colombia, Chile, Brasil y en alguna media Perú), evidentemente pasa por el eje del ALBA (Alianza Bolivariana para las América) a través de la cual el presidente venezolano, ha reclutado no pocos seguidores en su aventura comunista-bolivariana (y que no tengo nada contra Simón Bolívar, aunque mi inclinación a honrar la vida y las libertades democráticas me impide estar cercano en las ideas de los fascistas que lo invocan, sean de derechas o de izquierdas). A la gravedad de las declaraciones del presidente Chávez sobre sus planes expansionistas ALBA mediante, se aprecia que son ignoradas las necesidades en salud, educación y seguridad de su pueblo y focaliza su gestión en reforzar el poder militar de la República, en fortalecer la doctrina militar bolivariana y equipar con armamento y tecnología rusa e iraní las unidades del ejército venezolano, a estos dislates de despilfarro en un continente donde el hambre llego para instalarse hace mas de 40 años y precisamente por políticas trasnochadas y demagogia como las de Chávez, debemos sumar las declaraciones del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien ha propuesto a sus colegas del ALBA la creación de una «escuela militar regional» con sede en Bolivia que dispondrá del aporte y la coordinación de Rusia, Irán y Corea del Norte para contrarrestar la influencia militar de EEUU. (¿?)

Ya nadie duda que el objetivo final del presidente Chávez sea hacer de Venezuela la nueva Cuba. No obstante, los ciudadanos venezolanos han demostrado que no desean ser aislados del concierto de las naciones por ser victimas del régimen chavista, por tanto, la comunidad internacional debe acudir en ayuda de ese noble pueblo. Cada día son más los venezolanos que no desean que Chávez les diga sobre que temas hablar o sobre que se debe discutir.

De allí que resulte imperioso que la OEA y muy especialmente su Secretario General José Miguel Insulza (quien fuera ex-ministro del interior del régimen marxista de Salvador Allende en Chile), debería tomar nota de ello y no abandonar a un país que ha sido una de las democracias mas antiguas de América Latina.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.