Antes de dar comienzo la crisis económica que actualmente padecemos, en el mundo empresarial vimos nacer una honda preocupación por un concepto que precisamente los tiempos de bonanza económica habían contribuido a extender, hasta el punto de que en muchos ámbitos no llegaba a entenderse que una empresa que hubiera alcanzado cierto peso específico en la sociedad, no lo contemplara entre sus estrategias prioritarias. Estamos efectivamente hablando de la Responsabilidad Social (Empresarial o Corporativa).
Una empresa decidida a crear valor en el seno de la sociedad en la que nace, de la que se nutre y a la que a su vez ‘alimenta’ con sus productos y/o servicios, debe priorizar líneas de actuación claramente definidas en aras de fomentar en su día a día dicha responsabilidad.
Sabemos por otra parte que la RSE/RSC se asienta sobre tres presupuestos básicos que jamás deben perderse de vista: la Prevención de Riesgos Laborales, la Calidad y el Medio Ambiente. Y ello independientemente de que las leyes fuercen o no al cumplimiento de determinadas obligaciones en dichas materias, quizás porque en base a la presunción de ‘voluntariedad’ que guía en principio a la RSE/RSC, la empresa debería sentirse éticamente obligada.
En cuanto a la obligatoriedad que las leyes imponen, quizás sea el área referente a la Prevención de Riesgos Laborales la que más desarrollo legal ha experimentado, hasta el punto de constituirse este campo en una materia necesaria de estudio y preparación específicos, que cuente por lo tanto con personal especializado en los centros de trabajo, con el fin de coordinar adecuadamente todas las actividades que su correcta aplicación exige. Y es precisamente por ese motivo por el que se requiere formarse, con garantía plena de recibir una formación que recoja los últimos avances o las más recientes novedades legislativas en este campo, algo de lo que podemos estar plenamente seguros si nos decidimos por un curso oficial, avalado por una entidad de reconocido prestigio (como puede ser el Máster PRL (Prevención de Riesgos Laborales) de Wolters Kluwer.)
No cabe duda de que también las áreas de Calidad o Medio Ambiente, han experimentado sus particulares desarrollos, tanto legales como a lo que a prácticas se refiere. Sin embargo, la importancia y prioridad que se han concedido a estos frente a los Riesgos laborales, ha sido muy diferente. La razón de dicha diferencia radica, muy posiblemente, en el sujeto/objeto sobre el que primordialmente actúan unas u otras. Así, los Riesgos Laborales van a repercutir ante todo sobre un sujeto humano, lo que acentúa la gravedad de los acontecimientos que centran su prevención. Y es que nunca debemos olvidar que, en nuestras organizaciones empresariales, lo más importante son las personas.