Yo no sé si en el Concordato firmado entre el Estado español y el Vaticano existe alguna clausula en la que se diga que la Iglesia Católica puede mostrarse exigente en aquello que crea conveniente pero si esto no es así está claro que al presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Rouco Varela, ni falta que le hace. Hace unos días Rouco Varela exigía que no se debe especificar cada año al matricularse si se quiere estudiar la fe católica. Rouco pedía al Gobierno que acabe con el “referéndum” que supone para los padres la inscripción “año tras año” de sus hijos en la asignatura de religión.
Está claro que esta exigencia de Rouco viene dada porque está viendo como cada nuevo curso escolar se registra un descenso muy notable en el número de alumnos matriculados en la asignatura de religión tanto en primaria, como en secundaria y en Bachillerato. Es evidente que a medida que el alumno cuenta con una edad que le permite saber qué es lo que le gusta y le interesa o no baja la concurrencia, de ahí que Rouco intente evitar ese “referéndum” y abogue por un compromiso a largo plazo. De este modo piensa que puede evitar esa reducción progresiva de alumnos que cada vez acuden menos a la asignatura de religión. Es por esto por lo que han ordenado a Wert que la religión cuente para la media. Es una especie de caramelo o señuelo para que el alumno se incline por dicha asignatura.
En mi opinión creo que ya va siendo hora de que en este país se aclare lo de la religión en los colegios. No es de recibo que haya exigencia por parte de los obispos en tanto en cuanto los profesores que imparten las clases de religión los nombra el obispado pero les paga el Estado, es decir todos los contribuyentes ya sean estos católicos practicantes, simples creyentes que no acuden a la iglesia o ateos. A pesar de que se paga a los profesores de religión con dinero público es el obispado quien los despide, en ocasiones por causas que nada tienen que ver con su función de enseñantes sino por simples cuestiones de estar divorciados o vivir en pareja sin haber “pasado” por el altar. El Estado paga y los obispos disponen.
Por cierto, en esto de que sea el Estado quien pague a los profesores de religión, que cierto es también que todas las plazas que se necesitan se cubren y hay dinero para ello, no ocurre lo mismo con las profesores de idiomas, principalmente con los de inglés, profesores los hay pero el ministerio de Educación no contrata el número suficiente de ellos, aluden a la falta de medios económicos, para cubrir las necesidades en una asignatura que a muchos alumnos su aprendizaje les puede servir el día de mañana como una herramienta de trabajo que les permita trabajar y vivir de ello, cosa que la asignatura de religión no les puede dar.
Rouco exige y se le atiende, para eso está el Gobierno que ha puesto al ministro de Educación a las órdenes de jefe de los obispos en España. Al resto que le den morcilla. No, becas no, morcilla.