La socialdemocracia está obligada a realizar un nuevo programa ideológico. Algo que ni el Secretario General del PSOE ni ninguno de los que llevan 30 años disfrutando de los privilegios de la política son capaces de hacer. Por esa misma razón debe convocar un Congreso y Primarias (1 militante, 1 voto) y quienes ya han hecho todo lo que podían hacer, y siguen siendo dirigentes, den un paso atrás y empiecen a jubilarse, cediendo su puesto a otras personas capaces de ganarse la confianza de los votantes tradicionales de la izquierda.
Hace muy poco tiempo, los socialistas celebrábamos con orgullo los 135 años del nacimiento del PSOE. Una celebración debe tener una continuidad con un análisis serio, para darse cuenta de que ya no ganan las elecciones las siglas (lo demuestran los escaños conseguidos por Pablo Iglesias) y que los actuales dirigentes son una raza en extinción, no porque les deseemos que les ocurra nada, simplemente deben comprender que el electorado no les quiere y deben empezar a jubilarse. Personajes que pierden las elecciones como candidatos/as y vuelven una y otra vez, con posiciones en las listas que les permitan seguir, de una u otra manera, en las instituciones. Llevan años viviendo de los privilegios conseguidos por el PSOE, sin pensar para nada “lo importante es el Partido y el desarrollo de sus ideales”… pensando por el contrario “El Partido soy yo”, en vez de pensar que las personas están de paso y deben dejar su sitio cuando los votantes se lo exigen negándoles el voto.
Por eso mismo se impone un nuevo programa ideológico, en el que con dos legislaturas una persona pueda demostrar su amor por el servicio público o dejar la política a quienes tengan verdadera vocación de realizar las utopías que marca la ideología socialista.