Que actualmente Rubalcaba constituye un lastre para el PSOE es incuestionable, pero la idea de proponer a José Bono, ex presidente de Castilla-La Mancha, ministro de Defensa y presidente del Congreso, como recambio, por parte de Luis María Ansón, veterano y prestigioso periodista, resulta de lo más desafortunado. El Sr. Bono, que este año cumplirá los 64, ya tiene suficiente con cuidar su cuadra de caballos y gestionar el abultado y polémico patrimonio familiar que posee.
Es muy lógico también que dirigentes del partido, afiliados y militancia se pregunten ¿y después de Rubalcaba quien? Tal tesitura viene a demostrar que hasta para abandonar la política este astuto gobernante es un problema. Entre otras razones porque pretenderá, cuando decida irse, hacerlo con todas las dignidades y reconocimientos, algo que no será fácil dado el desprestigio cosechado en su última etapa política plagada de sonoros fracasos. Aunque jamás aceptará una salida como la de Zapatero, lo suyo sería revestir el voluntario cese con la mayor discreción.
Para la continuidad del socialismo democrático, fuerza política totalmente necesaria para la gobernabilidad del país, el PSOE precisa encontrar un verdadero líder joven y sin desgaste, al que no se le pueda vincular con ningún caso de corrupción, buen expediente académico y dominando el inglés. No es tarea fácil pero dejarse llevar por la improvisación en un tema tan sumamente delicado sería una locura.
Cuestión aparte es que al menos por el momento, Rubalcaba, no tiene otro pensamiento en su mente que no pase por continuar al mando de la nave socialista, ni entra en sus cálculos ningún cambio de calendario político a lo largo del año 2013. Lo que ya no está tan claro es si en el partido están dispuestos a respetar y acatar todos sus planes. La estrategia del secretario General, como fuerza de oposición que son, es que se hable de todas las maldades que están ocurriendo en España por culpa del PP, y no sobre temas internos del PSOE, que es por desgracia lo que está ocurriendo.
Rubalcaba está equivocado al considerar que reforzando el papel de Valenciano en la Secretaría de Organización, en detrimento del inane Oscar López, todo cambiará. Doña Elena, de permanente gesto avinagrado, no cae bien ni cuando sonríe. Convocando a la Ejecutiva Federal es un parche más que nada soluciona. Los críticos del partido cuestionan el liderazgo de Rubalcaba y la sociedad en general comienza a ignorarlo por considerarlo amortizado.
Que la ciudadanía no está contenta con la ejecutoria del PP, es tan obvio como lo demuestran los cientos de manifestaciones que se están celebrando y no precisamente para elogiar la gestión del Gobierno, pero el PSOE es deportivamente ignorado y la indiferencia es todavía peor. Mientras su líder continúe pasando desapercibido crecerá la tragedia de los dirigentes socialistas, por no saber que hacer ni en quien creer. Cualquier cosa menos el seguir “poniendo la mano en el fuego” por ciertos compañeros: tales declaraciones suponen un riesgo tremendo.
Se apunta que una mayoría de cuadros socialistas quieren cambiar a Rubalcaba, unido según ellos a que todo el problema radica en el orden de celebración entre “primarias” o “congreso extraordinario”, basándose en el desastre cosechado por su líder en el pasado Debate del estado de la Nación. Comentan también que ha llegado el momento del relevo, pero nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato. Habría que preguntarse que prestigio y peso político concitan personajes como Tomás Gómez (PSM) o Carmen Chacón (Izquierda Socialista). ¿De verdad alguien considera que alguno de estos dos políticos podría optar a sustituir al actual Secretario General? Para muchos sería una broma de mal gusto por entender que el PSOE bien merece “otra cosa”. Podría aceptarse que se trata de un político quemado, pero de eso a compararlo con los anteriormente citados existe un abismo.
Algunos consideran, y quizá no les falte razón, que haber perdido el apoyo de El País y la cadena SER ha sido letal para Rubalcaba. Otros entienden que ya se encuentra en estado de fosilización , toda una maldad en estado puro pero muy gráfica. Reconozcamos que la oxidación es un proceso, una pátina que nos recubre, pero que tiende a hacerse más espesa…Cada vez que el líder socialista escucha o lee la palabra “renovación”, se le revuelve el estómago todavía más de lo que de por sí refleja su rostro. Lo que no debe objetar ningún socialista es que su partido está roto, desmadejado y necesita una urgente recomposición de ideas y personas. La socialdemocracia necesita su Francisco y tiene la obligación de buscarlo y encontrarlo cuanto antes. Los Pepiños Blanco y similares, cuanto antes desaparezcan, mejor. ¿A que espera la izquierda para reivindicar listas abiertas, primarias obligatorias, reforma de la Justicia y muy a fondo la de la Administración, etc. etc.? De no planteárselo seriamente terminaran siendo fagocitados por la incontenible ambición de UPyD e I.U. A los nacionalistas, por mucho que les duela, solo les queda llorar por el estúpido tiempo perdido, dejándose manipular por Mas, Oriol, Junqueras, Montilla y otros cuantos mas…a quienes únicamente preocupa mantenerse en el poder y todo lo que ello significa..¡¡Tiempo al tiempo!!