Salvar el futuro de los niños
Los niños son el grupo social que más padece las consecuencias de la crisis económica global y de las políticas de recortes que afectan sobre todo a las familias.
En el conjunto de la Unión Europea, alrededor de 13 millones de menores carecen de alimentos básicos, mientras que en 35 economías desarrolladas fuera de sus fronteras, 30 millones de niños malviven cada día, según UNICEF. A pesar de lo alarmantes que resultan estas cifras, las historias más trágicas siguen llegando desde los rincones más olvidados del planeta, de aquellas que afectan a los que no tienen nombre, a los invisibles, que diría Galeano.
Los niños son el grupo social que más padece las consecuencias de la crisis económica global y de las políticas de recortes que afectan sobre todo a las familias. Sólo en España, 2.226.000 de niños viven por debajo del umbral de la pobreza, alerta Save The Children. Las causas se encuentran en el desempleo, la bajada de los salarios y el aumento de impuestos. También son los que más sufren la política de desahucios. Las ONG calculan que el 82% de las familias desahuciadas tienen niños a su cargo.
Estos datos han sido presentados con motivo de la conmemoración del Día Universal del Niño por diversas organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la protección de los derechos de la infancia en el mundo. Destacan su vulneración, pero también los avances que se han logrado en este terreno en los últimos años, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio marcados por las Naciones Unidas.
Hay motivos para estar orgullosos, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. En los últimos doce años, el número de niños sin escolarizar ha descendido en 47 millones. Hoy quedan 61 millones que no van a la escuela. En 1990 eran 108 millones. La falta de voluntad política dificulta la consecución del objetivo del 100% de escolarización infantil, que precisa 24.000 millones de dólares anuales además del compromiso de los 1.500 millones destinados a los fondos de educación, recuerda UNICEF.
La mortalidad infantil también ha disminuido. Entre 1990 y 2011 murieron 5,1 millones de niños menos que en la década anterior, lo que se traduce en una reducción del 41% en la tasa de mortalidad infantil. Hoy mueren cerca de 14.000 niños menos que en 1990.
Uno de los objetivos logrados ha sido reducir a la mitad la población sin acceso al agua potable. En la última década, más de 2.000 millones de personas pudieron acceder a pozos con agua potable, reduciendo el riesgo de enfermedades mortales.
A pesar del optimismo de estas cifras, aún quedan muchos retos por conquistar. Además de la recesión económica, en el último año el auge de los conflictos bélicos ha contribuido a empeorar las condiciones de vida de los niños en muchos países. Las ONG alertan del incremento de niños soldado. Grupos armados en más de 15 países, sobre todo en África y Oriente Medio, reclutan a cientos de niños que envían a los lugares de batalla para despejar el camino de minas y enfrentarse en el cuerpo a cuerpo. Los que no mueren son a menudo violados por las guerrillas rivales.
El número de refugiados también ha aumentado en los últimos tiempos. La ACNUR señala que más de 250.000 personas han abandonado sus casas a causa del conflicto en Siria, lo que conlleva un recrudecimiento de las condiciones de vida y la interrupción en la educación de miles de niños. En la Franja de Gaza, , el conflicto palestino israelí ha obligado a miles de familias a huir de sus territorios, aunque el bloqueo que ejerce Israel sobre la zona dificulta la búsqueda de refugio en el exterior. En la última semana, el aumento de la violencia se ha traducido en bombardeos diarios sobre la Franja que ha dejado imágenes espantosas. Una treintena de niños han muerto por el impacto de las bombas que han destruido decenas de escuelas y hospitales.
Señalar en el calendario una fecha que recuerde la difícil situación por la que atraviesan millones de niños en todo el mundo es importante para concienciar y despertar la solidaridad de la población, pero el sufrimiento no cesa al día siguiente. Los pequeños gestos a lo largo del resto del año son los que de verdad contribuyen a mejorar las condiciones de vida de los más pequeños y demuestran que un cambio es posible.
Víctor Martínez González
Periodista