He leÃdo un artÃculo en prensa que me ha llenado de indignación: “La falta de atractivo turÃstico de la ciudad de Alicante para las navieras,  y la presión que ejercen los muelles de Cartagena y Valencia, provocarán que el Puerto de Alicante vuelva a cerrar un año negro en el turismo de crucerosâ€.
Cuando empezaron las alegrÃas polÃticas por la llegada de naves de crucero a Alicante, ya en un escrito advertà que las navieras no se casan con nadie y que son muy sensibles a las demandas de sus clientes…
He realizado una serie de escritos sobre la promoción turÃstica alicantina (publicados en Prensa nacional), resaltando lugares emblemáticos de nuestra ciudad muy poco conocidos, sus zonas gastronómicas con restaurantes de calidad, con precios de auténtico sacrificio, el que están en estos momentos realizando los profesionales de la hostelerÃa…
En mi opinión, como profesional de hostelerÃa y turismo, hay algo que está fallando. No es posible que una ciudad como la nuestra haya perdido tan enorme cantidad de turistas, a pesar de que la demanda interna haya bajado por las causas que todos conocemos: reducción del poder adquisitivo de las clases medias españolas, pues el turismo francés y nórdico sigue fiel.
Me da la impresión de que la concejalÃa de turismo de nuestro Ayuntamiento no justifica su razón de ser. Es evidente que no existen exigencias ante la autoridad portuaria, ni el Puerto de Cartagena ni el de Valencia tienen nada que ver con el de Alicante. Hablamos de turismo. Nuestra ciudad tiene la fachada marÃtima más bella del mediterráneo, sólo comparable con Mónaco.
Poca promoción turÃstica debe hacerse cuando se deja caer de semejante manera la actividad más importante, tanto en riqueza como en creación de empleo.