EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Era cuestión de tiempo el que cargos públicos del Partido Popular, ante el “descubrimiento” de que María Dolores de Cospedal, gana 240.000 euros al año y tan elevado es su patrimonio que olvidó declarar en las Cortes de Castilla-La Mancha que también era propietaria de un local valorado en un millón de euros, nada, cuatro perras gordas, de ahí el olvido, era cuestión de tiempo el que algunos de los cargos públicos del PP se fijaran en el agravio comparativo entre lo que ellos perciben y lo que recibe Dolores de Cospedal.
La primera reacción, que se conozca, ha sido la de un concejal del PP de Sevilla, en la oposición, que dice que él no se puede “permitir el lujo” de ganar 1.800 euros al mes y que si en la próximas elecciones municipales su partido no las gana se replanteará el seguir en la política activa como cargo público y que es una cuestión que tendrá que hablarla con su familia.
Hasta cierto punto veo lógica y respetable la queja del concejal porque una cosa es servir al pueblo desde un cargo público u orgánico, en el caso de De Cospedal se concretan ambas funciones, sacrificando incluso a la familia y otra muy distinta es servirse de los cargos para enriquecerse. Lo peor del caso es que personas adultas, como es el caso del concejal popular sevillano, no se hayan percatada aún, a estas alturas de la película, de que esto de la política es para cuatro “espabilaos” y que los demás son meros comparsas que no hacen más que servir de punto de apoyo a esos “listos” o “pillos” para que puedan lucrarse y quedar bien “apañaos” cuando acabe su “carrera” política. Aunque 1.800 euros al mes, en el caso del edil andaluz, no son moco de pavo ya quisiera más de uno pillarlos, ya. Pero esto es muy lítico ya que visto lo que hay, “todos queremos más”. Hasta De Cospedal.