EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
El ex banquero Rudolf Elmer, del que estos días se viene hablando de haberle entregado a Wikileaks los datos de 2.000 clientes sospechosos de evasión fiscal, ha sido llamado a capítulo por la justicia suiza y se enfrenta a una pena de prisión de ocho meses y al pago de una multa de 2.000 francos suizos (1.549 euros) por pedir dinero a cambio de facilitar información secreta sobre las cuentas de varios clientes en el paraíso fiscal de las Islas Caimán, violar el secreto bancario y empresarial y amenazar a varios compañeros de la entidad en la que trabajaba, el banco de negocios suizo Julius Baer. El pasado lunes, Elmer facilitó, según el diario El País, al fundador de Wikileaks, Julian Assange, dos discos duros con los datos de 2.000 clientes que podrían incurrir en un delito de evasión de impuestos. Los depósitos pertenecen a unos 40 políticos y “pilares de la sociedad” y hombres de negocios, “gente que ha hecho fortuna en las artes y en los conglomerados multinacionales de los dos lados del Atlántico”.
Vaya por delante que si el ex banquero ha infringido la ley debe ser sancionado y castigado, pero bien cierto es que aquellos a los que él ha “puesto en el escaparate” sean también penalizados por haber cometido delitos fiscales. Al hilo de esto, y por “simple curiosidad” me gustaría saber si estos defraudadores han sido emplazados por la justicia y que castigo han podido sufrir. No me suena el que esto se haya producido, al menos no lo he leído ni escuchado ni visto en ningún medio de comunicación. Me gustaría saberlo.
Me temo que, salvando las distancias, al ex banquero le pueda ocurrir lo mismo que a Garzón que sea él quien pague el pato y no los que se lo han comido. Está claro que meterse con los poderosamente económicos tiene sus riesgos y es el caso de Garzón. El todavía juez, espero que por el bien de la justicia lo siga siendo, ha cometido la “imprudencia” no de pretender investigar los crímenes del franquismo, sino por haber intentado poner un poco de orden en esta gran charcutería en que algunos desaprensivos están convirtiendo a España y una buena muestra de ello es el caso GÁ¼rtel que es, muchísimos españoles lo tenemos muy claro, por lo que a Garzón lo han sentado en el banquillo.