Los últimos presupuestos del estado español suponen un batacazo para la ciencia. La investigación sufre un recorte del 25,6% respecto a 2011. Cientos de investigaciones en marcha serán suspendidas. No se cubrirán vacantes en los institutos científicos ni se crearán nuevos puestos permanentes.
Se trata del recorte más duro desde los años 80, cuando se puso en marcha el sistema de ciencia y los planes nacionales de investigación. La inversión en ciencia en España se ha reducido un 30% en los últimos años. “Se corre el riesgo de que la investigación sufra un colapso que llevaría muchos años reparar”, ha denunciado Erwin Neher, premio Nobel de Medicina.
“Nunca ha habido suficiente dinero para la investigación”, afirma Santiago Grisola, profesor valenciano. Ni en los momentos más prósperos de la economía española, el Estado ha apostado por la ciencia. Aunque no hay nada más importante, junto con la salud y la educación. Son pilares básicos para el desarrollo de cualquier país y su sociedad.
Los científicos españoles han trabajado mucho para conseguir una mínima apuesta pública para la investigación. Gracias a su esfuerzo y su tesón ha sido posible llevar a cabo cientos de investigaciones que han permitido a España formar parte del campo científico internacional. Si el Estado retira su apoyo a la investigación, nos bajaremos del tren al que tanto ha costado subirse. Un daño difícil de reparar que pone en jaque a la cultura y el desarrollo.
Apostar por la ciencia es hacerlo por nuestro futuro. Acabar con la ignorancia y aumentar nuestra capacidad para resolver problemas parece ser una medida más sólida que inyectar millones de euros a entidades bancarias. Sin embargo, cientos de científicos españoles parten en busca de un futuro mejor ante la falta de respaldo económico para sus proyectos. De nada han servido las denuncias de diferentes premios Nobel que alertaban del peligro que supone recortar en ciencia.
Un buen sistema de investigación y desarrollo científico marca el rumbo de un país. Una mayor inversión en I+D+i, apostar por un mayor reconocimiento de la ética, el emprendurismo, el esfuerzo y la responsabilidad; podría ser una receta para salir de la crisis, y para evitar nuevos desastres provocados por un modelo basado en la especulación.
La investigación es la base de la evolución y del desarrollo empresarial. El actual modelo económico ha demostrado no ser viable. Para crear un nuevo sistema son necesarias alternativas alejadas de la negligencia y la ignorancia. Impulsar la cultura, la ciencia, el estudio, la investigación debería ser el principal objetivo de cualquier gobierno. Una ciudadanía bien formada es clave para el futuro.
Es esencial que desde el Estado se impulse y se fomente la investigación y el estudio. Las empresas deben innovar para poder competir en el mercado. Sin investigación ninguna empresa podrá ser innovadora, eficaz y eficiente.
Tampoco podrán serlo cientos de investigadores. “Los recortes en investigación causarán un éxodo de científicos en España”, alertaba la revista Science. En los últimos años profesionales muy cualificados han abandonado España en busca de mejores oportunidades. “Hay mucha gente para la que la investigación es su vida, van a hacer las maletas y se van a ir a otros países a competir por los recursos”, denunciaban desde la plataforma Investigación Digna.
La falta de apoyo por parte del Estado a proyectos de investigación tiene consecuencias. La fuga de cerebros es una realidad. No sería un problema si los investigadores partieran en busca de proyectos más acordes a sus perspectivas; si lo es cuando lo hacen por falta de alternativas en su propio país.
Estudios pioneros como el de la diabetes y el cáncer, desarrollados en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, tampoco se salvan de los recortes. Un centenar de científicos inmersos en dichos proyectos fueron despedidos ante la falta de financiación.
Ni premios Nobel, ni prestigiosas revistas, ni plataformas de investigación han conseguido que el ejecutivo español apueste por la ciencia. Menos investigadores, menos presupuesto, y peores condiciones laborales para poder salir de la crisis. Una paradoja, pues sin cultura y sin ciencia no hay desarrollo posible.
Irene Casado Sánchez
Periodista
Twitter: @CCS_Solidarios