Tras la eficaz gestión a favor de los desahuciados que vienen realizando los miembros de la plataforma 15-M evitando que los echen de sus casas, dicho movimiento se ha planteado introducirse en la empresas y convencer a los trabajadores para que presenten candidaturas independientes en las elecciones y pasen a formar parte de los Comités de Empresa ó Delegados de Personal, con la intención de desbancar la acción ejercida actualmente, por los llamados sindicatos de clase, entre los que destacan, como más representativos. CC.OO. y UGT.
Los dirigentes del Movimiento 15-M consideran que, dado el total desprestigio en que han caído los sindicatos desde el comienzo de la crisis unido a los cientos de miles de bajas que están sufriendo, es un momento propicio para participar en la “unidad de acción del movimiento obrero” y lograr que se desvinculen de las organizaciones sindicales clásicas para liberarse de dependencias y rigideces. El 15-M (DRY) pretende lograr el desarrollo de la actividad asamblearia en el seno de las empresas y a su vez forzar la desaparición formal ejercida por los sindicatos con mayor implantación, por dedicarse a colaborar en algunos casos con los empresarios en la explotación de obreros y empleados.
Efectivamente, el sindicalismo en España se ha venido degradando en progresión geométrica. Si el índice de afiliación se mueve en torno al 15% de la clase trabajadora, ¿a quien representan realmente?. En caso de no disponer de las sustanciosas subvenciones recibidas de las distintas administraciones (Central, Autonómica y Municipal) ¿Cómo se mantendrían?. Es obvio que con las cuotas de los afiliados no pagarían ni la luz de sus locales.
En las grandes empresas, la imagen del “liberado sindical” está muy deteriorada. Son altamente criticados y normalmente con razón : no pisan el centro de trabajo pero cobran puntualmente sus nóminas incluidos todos los pluses existentes pero sin dar un palo al agua, con lo cual todos los cuestionan y se preguntan para que sirven.
En opinión de muchos trabajadores, los sindicalistas se han convertido en auténticos “instalados” del sistema pero con una mentalidad y ofreciendo recetas pertenecientes al pasado. Si de verdad pretendieran recuperar su prestigio, deberían plantearse muy seriamente los conceptos de : austeridad, eficacia, honradez e intentar dar ejemplo como en su dia lo hicieron Nicolás Redondo (UGT) y Marcelino Camacho (CC.OO).
Posiblemente, la propuesta del 15-M, pueda parecer algo ingenua, si bien convendría tener muy en cuenta que cada vez son más los que muestran interés por sus planteamientos
La primera obligación de los citados liberados sindicales debería consistir en tener un amplio conocimiento de su propia empresa y estar bien informado y mucho mejor formado en todos aquellos aspectos de la relación empresa-trabajador. Limitarse a ejercer simplemente políticas reivindicativas ya no sirve. Se imponen cambios, innovaciones y un concepto del sindicalismo profesional adecuado a los tiempos que nos ha tocado vivir. Dedicarse, por ejemplo, a boicotear toda la legislación concerniente a la Reforma Laboral y Negociación Colectiva, no ha aportado el más mínimo beneficio tal como se ha demostrado. Criterio y sentido común deben imponerse para salir cuanto antes de esta dolorosa situación en la que nos encontramos.