Regreso de Berlín donde, por puro azar, asistí a parte de la celebración del Festival del S.P.D, una fiesta anunciada y ampulosa que transformó la capital alemana por unos días en un paisaje decorado con pancartas y cubos de cartón con logo que se transformaban en sillas improvisadas en discursos, proyecciones, conciertos y arengas diversas. Los organizadores tomaron, literalmente, la Puerta de Brandeburgo, que se divisaba como un espacio difuso entre las intersecciones de metal formadas por los andamios y escalinatas, escaparates perecederos de demagogia y palabras.
A lo largo del día era inevitable encontrarse con alguno de las decenas de actos que se habían planeado para acordonar Berlín: fastuosas exposiciones o proyecciones multimedia, técnicamente perfectas e impactantes, llenas de contenidos ególatras, con una mirada a la historia totalmente sesgada, por incompleta, al esquivar intencionadamente “la otra versión” del pasado, recitando un eslogan que se resumía en todo lo hicimos, nos levantamos y conseguimos la paz de dos Alemanias, somos una nación limpia y esforzada.
Me acompañaba en este viaje mi hijo, un muchacho de 23 años que no tiene el bagaje vital que le permitiría comprender con cierta intensidad la realidad de la pacificación de Alemania, su pasado y otras realidades, más allá de ese asesinato a la esperanza y esa injusticia que se esconde tras el eufemismo de la llamada actual crisis de Europa, pero con la sensibilidad y capacidad de indignación suficiente como para mostrar hasta qué punto se ha instaurado la desconfianza en nosotros. Aun no conociendo a fondo la Historia, y con un pragmatismo que en muchas ocasiones admiro, al ver una de las mega proyecciones de la celebración, me dijo:“ Así que el utilizar la Historia como una alfombra debajo de la que esconder la porquería, es una técnica nada nueva ¿no?” Hablaba de “la porquería”. La nuestra. Hablaba de “esconder”, de “esconderla”.
Al cabo de unos días comenzaba ya a afirmarse, descarada y públicamente, lo que llevan más de dos años tramando entre sus manos, genocidas e imperialistas, los USA: el genocidio de Siria. Mentiras con acento americano, pronunciadas sin ningún tipo de vergÁ¼enza y manipulación de la información hasta el punto de que los datos veraces, si los hubiera, pasarán ante nosotros sin que los percibamos, manipulados como estamos por los falsimedia vendidos a los intereses económicos, que no humanitarios ni sociales.
La portada del 30 de agosto, de THE NEW YORK TIMES, incluye un titular que es uno más de los insultos a la verdad y una partícula de la porquería de la que hablaba mi hijo, con consecuencias letales y crueles no solo para los habitantes de Siria sino también para el resto del mundo. Según este diario el objetivo del ataque con misiles que los USA está planeando es restaurar la borrosa “linea roja” que Obama marcó hace un año contra el uso de armas químicas. Produce escalofríos leer cómo se pretende definir (y justificar ya ni siquiera subliminalmente) la acción homicida, imperialista y genocida del gobierno americano, ese que nos vende un líder de color como una muestra de su talante democrático y no racista. El ataque genocida, denominado, también eufemísticamente “posible intervención”, se justifica como un actuación (manera infame de evitar decir asesinato de población civil) que ayudará al orden mundial porque marcará una amenaza para que los “malos” (es decir el resto del planeta que no son los sobrinos del tío Sam y sus aliados) no utilicen armas químicas y contengan sus ímpetus bélicos, sus pretensiones de conquista. A estas alturas, no hace falta decir que esto, esta posible justificación del posible genocidio, es una GRAN MENTIRA, una peligrosísima MENTIRA.
Se nos ha querido hacer cómplices del genocidio a través de discursos, de la mentira de la necesidad y búsqueda de la Unidad de naciones Unidas, de imágenes y noticias, no porque se busque nuestra opinión –NO CONTAMOS, para el poder económico-político, EN ABSOLUTO, ni para esto ni para NADA-sino para avanzar en los planes de manipulación y domesticación que ellos saben que les auparán más fácilmente hasta la cumbre del poder y, además, para tantear a países y descubrir quién está con ellos y quién no, para dar y prometer, conceder a cambio de pactos y compromisos que impulsan el engranaje de la economía (venta de armas, exportaciones, empresas que reconstruirán lo asolado, compras de recursos y tierras que depreciarán momentáneamente su valor, mapa de comunicaciones y accesos económicos…)
Nos han querido vender que la información sobre el ataque con armas químicas del gobierno sirio es veraz, y se ha demostrado que es TOTALMENTE FALSO, pero no han sido difundidas, ni explicadas, con tanta profusión noticias como
- la aceptación, realizada por parte de ese gobierno, de ser investigados, e investigar el ataque, por observadores externos;
- las posturas en contra de la posible intervención con misiles;
- la extraña antelación, junio 2013, con la que Obama anunció que ayudaría militarmente a los rebeldes sirios ante las irrefutables (nunca las aportó) pruebas de que el gobierno había utilizado armas químicas; la información que recuerda que los supuestos “rebeldes extremistas” han sido armados y financiados por alguien (se supone que no por el mismo gobierno sirio) con la aprobación tácita y coordinada del este, desde que se quisieron presentar, interesadamente, las protestas sirias como un “levantamiento”;
- la existencia de un grupo de inteligencia, una alianza probada, entre Estados Unidos, Israel, Reino Unido, Francia, Qatar, Turquía, Arabia Saudita, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y grupos paramilitares libaneses, bajo la influencia de Arabia Saudita, que tiene intereses económicos y estratégicos poderosos comunes, entre los que está el control de Siria, pretendido por esos gobiernos, sus instituciones, donantes privados de esos países, contratistas militares y empresarios, unidos para facilitar desde marzo de 2011 la transferencia de armas a los rebeldes.
- Hace unas horas, Obama se ha atrevido a comentar públicamente que él, el que buscaba la unión de posturas, realizará la intervención con o sin la ONU, con o sin el reino Unido, que ha dicho NO a la intervención. En el colmo de la hipocresía, para redondear un plan macabro, que le reportará suculentos beneficios, Obama se ha despachado con un titular que no tiene desperdicio y que explica que El presidente reconoció que su intervención «no terminará con la muerte de civiles inocentes en Siria», pero hará que el régimen entienda que el uso de armas químicas interfiere con los intereses nacionales de Estados Unidos.
Más «porquería» que no cabrá bajo la alfombra de la Historia.
Y en paralelo, dejando al descubierto la verdadera verdad, permítanme el juego de palabras, la HIPOCRESÁA, el mismo impulsador del genocidio, hace dos días, presidia los actos de conmemoración del pronunciamiento del discurso I HAVE A DREAM, de M. Luther King:
“De pie en la zona cero del campo de batalla del movimiento por los derechos civiles, el presidente Barack Obama retó a las nuevas generaciones el miércoles a apoderarse de la causa por la equidad racial y honrar a los «gloriosos patriotas» que marcharon hace medio siglo a los mismos escalones desde los que el reverendo Martin Luther King habló durante la Marcha sobre Washington”
«El arco del universo moral podría doblarse hacia la justicia, pero no lo hará por sí solo«, dijo el presidente genocida, pero evito decir que el sentido de justicia al que se refería es el sinónimo de IMPERALISMO e Injusticia, invasión, expolio y mentiras. Evito recordar que el artículo 2/4 de la Carta de Naciones Unidas declara ilegal cualquier uso de la fuerza realizado por un país sobre otro, que el 2/7 prohíbe la intervención en las disputas internas de otro país…
Obama sufre una peligrosa amnesia selectiva: su país utilizó Napal y cantidades elevadísimas de gas Agente Naranja en Vietnam, mucho antes que se produjese el supuesto uso de armas químicas del gobierno sirio. Su país, el que pretende ser el sheriff mundial, y según prueban informes desclasificados de la CIA, ayudó con armas químicas a Hussein en el conflicto que enfrentó a Irán e Irak. Su limpio y democrático país ha estado utilizando otros países para sus experimentos sobre armas químicas, como es el caso de las Islas Vieques, en Puerto Rico, en donde durante más de 60 años, los estados unidos han experimentado con humanos y el medio ambiente los efectos del Agente Naranja, el napalm, el uranio enriquecido, el mercurio, el TNT y otros agentes químicos, utilizados letalmente en su territorio.
A Obama se le olvidan muchas cosas, por eso puede mantener la mentira de su I HAVE A DREAM.
http://youtu.be/dA-cfKP7WDQ
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