EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Estamos viviendo un tiempo donde la angustia, la zozobra, la incertidumbre, el descontento, la preocupación, la desesperación y el miedo a un presente nada deseable y un futuro muy incierto, están creando en los españoles un estado de crispación y por ello de odio y rencor ante actitudes de dirigentes políticos y empresariales, que no conducen a otro sitio que a generar deseos de venganza y de revanchismo, sentimientos estos que a los españoles que ya sumamos años y recordamos acontecimientos pasados nos dan bastante miedo porque nos recuerdan sucesos que jamás debieron ocurrir, pero que el odio, el rencor y la falta de comprensión de los más poderosos hacia los problemas de los más débiles ayudaron a fomentar.
Cuando son tiempos difíciles en los que la prudencia debe presidir todas y cada uno de nuestras manifestaciones y actitudes, nos encontramos con una serie de agitadores y agresores de lo que debe marcar una buena convivencia como pueden ser la comprensión y la solidaridad, pero hay gentuza irresponsable e impresentable que se encarga de poner las cosas mucho peor de lo que ya están y de fomentar el enfrentamiento y resucitar la lucha de clases, algo de lo que como ya he dicho anteriormente los españoles guardamos un amargo recuerdo. Cuesta creer que cuando el pasado día once Mariano Rajoy desgranaba una serie de medidas a cuál de ellas más lesiva para los intereses de los ciudadanos, desde la bancada popular en el Congreso de los Diputados los diputados del PP aplaudieron durante 45 segundos el que Rajoy anunciara que a los funcionarios se les iba a quitar la paga extra de Navidad, que el IVA experimentaría una notable subida y que los parados, los que aún cobran el subsidio de desempleo, iban cobrar menos a partir del séptimo mes, llegando hasta el extremo de que una de sus diputadas, Andrea Fabra, hija de impoluto e inmaculado Carlos Fabra, conocido por toda España, gritó, según cuentan la mayoría de los medios de comunicación, desde su escaño cuando Rajoy anunció el “ajuste” a los parados: “¡¡Que se jodan!!” La percepción generalizada es que el “¡¡que se jodan!!” lo dijo refiriéndose a los parados, no obstante la autora de semejante e improcedente lenguaje barriobajero quiso dejar claro que se refería a los socialistas, si fue a los parados o fue a los socialistas es lo de menos, hay que decir que esta forma de expresión en un diputado nacional y en el mismo Congreso es propio de impresentables e irresponsables que deberán ser apartados de inmediato de la función pública ya que su actitud insultante, provocadora y de bajo estilo solo contribuye a fomentar ese clima de malestar a que antes me he referido. Pero puede estar tranquila, no la van echar, estas actitudes son las que dan razón y vida a la derecha y este tipo de gentuza es la que mejor encaja en el Partido Popular. Afortunadamente hay excepciones pero son muy escasas. Pero recordemos que hemos pasado del “manda huevos” de Trillo, al “que se jodan” de Andrea Fabra, de ahí a mandarse a “tomar por el c….” o al “que te fo….”, desde este punto en adelante la falta de respeto y los buenos modos pueden perderse en beneficio de la grosería y de la zafiedad y en detrimento de la buena convivencia y del respeto. Si ya de por si la clase política está siendo bastante cuestionada por los ciudadanos a través de las encuestas, solo faltaba que individuos como la Fabra perdieran el bocado y salieran desbocados como si de un cuadrúpedo se tratara.
Tampoco fue muy acertada la respuesta de los empresarios a los “ajustes” de Rajoy, estos fueron celebrados por la patronal donde, por qué no, hay de todo, afortunadamente hay gente sensata entre los empresarios pero no abunda demasiado, Creo que los empresarios podrían haberse guardado el hacer pública una manifestación de agrado en algo que a ellos les beneficiaba muy poco o nada, a no ser que quieran aprovecharse de lo de la retirada de la paga extra de Navidad a los funcionarios para intentar hacer ellos lo mismo en sus empresas, que todo puede ser, utilizando como argumento lo hecho por el Gobierno.
Lo que más sangrante me ha parecido de todo esto, es el manifiesto desprecio a los parados. Decir que ese “ajuste” se hace para incentivarles a que busquen trabajo, cuando se sabe que no lo hay, es insultarles y que esto está provocando el que miles y miles de trabajadores, los que tienen la suerte de cobrar algo de subsidio porque hay miles y miles que no cobran nada, estén abocados no ya a pasar verdadera necesidad de todo sino también a verse desahuciados de sus viviendas por no poder pagar la hipoteca. Esto afecta no solamente a los que no cobran nada de paro sino que también repercute en los que cobran un subsidio que apenas les llega para comer. Creo que “incentivos” les sobran, lo que les falta es trabajo y es ahí donde Rajoy tiene que meter la mano y no en el bolsillo de los ciudadanos. Por favor, seamos todos prudentes, comedidos y respetuosos a la hora de expresar nuestra opinión y parecer sobre cuestiones que afectan a los demás. Si las cosas van mal no las pongamos peor. Al menos que tengamos una convivencia en paz.