EL CRISOL
“Sin pretenderlo le están siguiendo el juego al Gobierno y ya va siendo hora de que se hable más de los que realmente hay que hablar, del empleo y de la recuperación económica”.
Con toda esta movida que ha iniciado el Partido Popular, utilizando a ese agitador político llamado José Ignacio Wert, cuya misión consiste en cabrear a los catalanes de forma constante, antes el PP vivía del oxígeno que le proporcionaba ETA, su compromiso de Estado era el de pasarle por los “morros” a los gobiernos socialistas la existencia de los etarras, pero ahora que se le ha acabado el “chollo”, en las encuestas del CIS ya no aparece el terrorismo como algo que le preocupa mucho a los españoles, se han dedicado a Cataluña y ayudados por su caverna mediática, prensa, radio y televisión, con el apoyo, por pura inercia, hay medios no proderecha, sin ningún tipo de pesebrismo y de proselitismo ideológico, que piensan que si se quedan atrás si no hablan de lo mismo que lo hacen los cavernarios, pueden perder audiencia, aunque la audiencia ya está más que harta de leer, oír y ver imágenes que solo se refieren a Cataluña cuando en realidad hay otras cosas muchos más importantes de que hablar y que afectan muy profundamente a los intereses socio-económicos de los españoles. Sin pretenderlo le están siguiendo el juego al Gobierno y ya va siendo hora de que se hable más de lo que realmente hay que hablar, del empleo y de la recuperación económica de España, lo demás, respetando opiniones contrarias a la mía, es accesorio.
Con tanta historia, la recepción de los 40.000 millones de euros que la Unión Europea ha concedido a España para reflotar mayormente a los bancos que han sido intervenidos por El Gobierno y que como consecuencia de que el “pagano” es el Estado español los españoles tendremos que devolver puntualmente al prestamista, a la Unión Europea, esta transferencia de dinero, que dicho sea de paso ha venido a aumentar el montante de la deuda del Estado, ha pasado totalmente desapercibida. No se la ha dado mucho “carrete” al bochornoso espectáculo que protagonizaron el ministro de Economía, De Guindos y Goirigolzarri, el presidente de Bankia, dando prácticamente saltos de entusiasmo por tan relevante acontecimiento refocilándose de pura alegría ya que Bankia, una entidad a la que el Gobierno le tiene un afecto especial, se ha llevado la parte del león de esos 40.000 millones, 18.000 millones de euros en total, efectivamente es para estar eufóricos, pero esa euforia y esa alegría choca frontalmente con la desesperación y la amargura que les va a suponer el que para cumplir las condiciones impuestas por la UE para saltar la “guita” 5.000 empleados de Bankia se vean en la calle. Las muestras de alegría, tanto del ministro como del presidente de Bankia, son tan lamentables como insolidarias y carentes de todo sentimiento humano y de comprensión ante los problemas de los demás. Este hecho se puede catalogar como la más firme expresión de lo que significa la diferencia entre las sonrisas y las lágrimas.