Sociopolítica

Soy testigo de una Venezuela apocalíptica

Hoy salí a la calle.

Pensé de muchas maneras cómo empezar este escrito.  Caminé a lo largo de mi vereda viendo a gente correr, escuchar tiros de perdigones, bombas de gas lacrimógeno, gritos de dolor, de consigna, gritos sin aliento.

Hoy salí a la calle y regresé pesando cómo decir, contar, expresar qué está pasando en mi país, así que trataré de remitirme a los hechos.

Tensión en Venezuela. Sí, mucha tensión debida a los hechos ocurridos en mi país. He tardado bastante en poder escribir esto debido al gran blackout informativo que ha sido impuesto en varios momentos al pueblo venezolano desde el día 13 de febrero.

Todo esto comenzó como una simple protesta de unos estudiantes en una sola ciudad. Sin tintes políticos, sin dolores, sin sangre. Como digo, solo eran unos estudiantes reclamando sus derechos como cualquier otro lo haría en su país. El problema cayó en que a varios de esos estudiantes los tomaron presos de una manera injusta. A partir de ahí, otras ciudades empezaron a proclamarse. Más y más estudiantes empezaron a prestar su voz, a gritar a los cuatro vientos que lo que se hacía era una injusticia.

Debido a todo lo acontecido, líderes de la oposición dieron cara a estas protestas, llamando al Gobierno, pidiendo justicia por todos los hechos acontecidos, donde para ese momento todavía no habían soltado a los estudiantes presos.

Los días 10 de febrero y 11 de febrero, se convocó a una marcha, esta vez por los líderes de la oposición. Una marcha que se daría el 12 de febrero, Día de los Estudiantes en nuestro país, un día de carácter nacional que se ha celebrado desde hace muchos años.

Todo comenzó ese día. Todo comenzó entre gritos en contra de la injusticia, donde se pedía el salvaguardo en contra del hampa, en contra de la mala economía reinante en mi país desde hace mas de 10 años, en contra de la corrupción, en contra del silencio de los medios.

Todo transcurría de manera calmada, hasta que empezaron a caldearse los humos, los ánimos se fueron calentando, y los estudiantes empezaron a pedir no solo con la fuerza de la palabra, sino con la fuerza de la rabia, del dolor y todo eso que se guardaron por muchos años.

Al avanzar los minutos se encontraron contra personas armadas, nada más y nada menos que contra grupos armados y contra funcionarios del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional).

Como podrán imaginar, la pelea era desigual. Los estudiantes usaban piedras e insultos contra los funcionarios y sus armas de reglamento. El saldo de esta masacre fueron  tres muertos, 66 heridos y 69 detenidos, según cifras oficiales. De esos tres muertos, dos eran estudiantes de nombres:  Bassil Alejandro Da Costa Roberto Redman y el tercero era un reconocido militante de organizaciones civiles armadas, llamadas Tupamaro.

El primer estudiante caído murió por un impacto de bala en la cabeza, y el segundo estudiante caído murió horas después con impactos en el torso, luego que el mismo ayudara a tratar de rescatar al primero que murió.

Cabe destacar que las muertes de los estudiantes ya estan documentada con vídeos y que se tiene en fotos y vídeos a los funcionarios y personas que integran las organizaciones civiles armadas que dispararon.

El tercer muerto, militante de los Tupamaro, murió con un impacto en la cabeza, pero bajo circunstancias sospechosas, ya que murió a varias cuadras alejadas de donde ocurrió la masacre de los estudiantes y nadie pudo grabar su muerte.

Mientras todo esto ocurría, el silencio de los medios audiovisuales era escalofriante, todo eso debido a que el gobierno les recordó a las estaciones de televisión y radio que la emisión de imágenes de protestas violentas en los medios de comunicación está prohibida, en razón de la ley de comunicación de Venezuela (Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión). Por esa misma razón, el gobierno mandó a sacar al canal internacional NTN 24 de la parrilla comunicacional por hacer caso omiso a las órdenes del Gobierno.

Todos los detenidos fueron estudiantes que se estaban defendiendo con piedras y a pesar de todas las pruebas que se han subido a Internet, fotos y vídeos con horas y fecha, el Gobierno sólo arrestó a estudiantes.

Luego salió Elías Jahua, un funcionario del Gobierno, en una entrevista con  CNN a decir: «No tengo conocimiento de uso de que los muertos hayan sido ocasionados por agentes del Gobierno«.

Hasta ahora, lo único hecho por el Gobierno con respecto a eso es dejar impune y sin arresto a los que dispararon, y destituir al director del SEBIN y colocar a uno nuevo, cosa que me parece una burla ya que las declaraciones del presidente Maduro a estos hechos es que: «Ellos estaban siguiendo órdenes«.

El día después de este fatídico hecho, se descubrió que el muerto oficialista, de nombre Juan Montoya, había sido acusado años antes de terrorista por haber colocado una bomba en la sede principal de Fedecamaras y cumplió prisión solo por algunos años.

Después de esa fecha, en Venezuela empezó un sentimiento de molestia, un sentimiento de dolor por los estudiantes muertos, donde en cadena nacional el presidente decía que todo eso era un movimiento para derrocar su gobierno legítimo y que él lamentaba la muerte de Juan Montoya.

Después de eso empezaron a darse manifestaciones y marchas convocadas por los estudiantes  apoyados por la oposición. El Gobierno, debido a ésto, empezó a mandar a la Guardia Nacional y a  la policía bolivariana para reprimir, con el uso de la fuerza,  cada una de las concentraciones, y con eso más muertes, más personas heridas, presas, reprimidas, violentando sus derechos hasta el punto que algunos estudiantes liberados denunciaron que sufrieron violaciones con los cañones de las armas usadas por los militares.

Hace unos días, Leopoldo Lopez, el dirigente de Voluntad Popular, uno de los dirigentes de la oposición que fue acusado como instigador de este «golpe de Estado» que se ha estado gestando desde hace mas de 10 años (según el Gobierno), se entregó a la Justicia venezolana, que ya no tiene nada de justa, en aras de tratar de demostrar que su visión está en el lado correcto de la historia.

Ayer se dio el comienzo a algo que este país no sé si pueda soportar: a partir de mañana la Guardiaa Nacional Venezolana se pondrá a cubierto, se está acuartelando para dar paso al uso de fuerza excesiva, pero esta vez usada por los infiltrados cubanos (los llamados avispas negras) que se dispersarán por todo el país usando el uniforme de la Guardia Nacional.

A partir hoy, 20 de febrero de 2014, mi país estará en una guerra civil. Amparados por el gobierno, estas «avispas negras» saldrán a la calle a matar a todo el que esté con vida, porque esa es la orden que se les ha dado.

Como ven, podrán entender qué tan difícil es para mi escribir esto, porque no han importado todas las pruebas que han salido a la luz para demostrar que este Gobierno es el peor por el que ha pasado Venezuela en este siglo.

Los audios donde se habla de toda la corrupción, siendo el último una entrevista con Radio Caracol de una ex-funcionaria del SEBIN, donde hablaba lo que ya todos los venezolanos sabemos, pero ella lo corrobora, los desabastecimientos en los mercados, las muertes causadas por el hampa, que sobrepasan incluso al de un país en guerra.

Los militares acuartelados ya han dado instrucciones a sus familias: no salir, tener paños con vinagre cerca, construir máscaras de gas caseras para que puedan sobrellevar lo que se nos avecina.

Yo estoy simplemente devastado, jamás llegué a pensar que viviría todo esto que está pasando.

Ahora se crearan grupos de resistencia en todo el territorio nacional.

El panorama de esto que se nos avecina es propio de una película apocalíptica… Dios o quien quiera que esté arriba nos proteja.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.