Si, la distancia de uno a otro es de dimensiones siderales… y por descontado, que en “la trasera”, va el que dice ser y representar la actual política española.
El nefasto, devastador y fanfarrón, político plaga que el PSOE eligió para arruinar a España y de paso a su propio partido; nos quiso castigar con la gran demagogia y muy envenenada, de “su memoria histórica” (afortunadamente y gracias a muchos españoles que no nos mordemos la lengua, ha fracasado); una memoria histórica falsa, puesto que fue urdida con un solo fin; eliminar contrincantes políticos, desorientar al pueblo y de paso remover en las capas menos formadas, todos los venenos de una guerra civil, cuyas secuelas padecimos todos o casi todos los españoles que sobrevivimos y que en mayoría habíamos interiorizado ya, en lo más profundo de nuestras almas.
Recuerden (yo lo hago a menudo) el que cuando en 1977 nos dejaron votar libremente; “mandamos a la mierda” tanto a las derechas como a las izquierdas y nos fuimos en mayoría absoluta, con aquel hombre que nos ilusionó con su “puedo prometer y prometo” y que encabezó un partido denominado “Unión de Centro Democrático” (UCD) y al que en menos de un quinquenio, devoraron los que se dicen aún, “de izquierda o de derecha”, sin reconocer ni por asomo, que esas denominaciones, nefastas por demás, murieron aquel día memorable y en que el pueblo en masa las repudió; por tanto mejor que se busquen otras denominaciones y entierren esas viejas y acabadas, que tanta sangre, sudor y lágrimas costaron a tantos inocentes españoles.
Recordemos en honor a esa verdadera memoria histórica y que debemos conocer todos los españoles; que Adolfo Suárez no fracasó; es que le fueron “segando la yerba bajo sus propios pies” y ese fue el motivo, por el que tuvo que irse; puesto que no fue echado, simple y honradamente dimitió y dio paso a otro para evitar problemas mayores; puesto que en ese tiempo sí que había problemas y de enorme envergadura.
Y lo sintetizó magníficamente un buen escritor y periodista este mismo año.
“Adolfo Suárez González ganó las elecciones democráticas el 3 de marzo de 1979. Pero el 29 de enero de 1981, entendiendo que él formaba parte del problema de España –colapsada económica y políticamente—, presentó su dimisión irrevocable y propuso como candidato a la jefatura del Gobierno a Leopoldo Calvo Sotelo. El PSOE, con Felipe González a la cabeza, habían lanzado una feroz campaña contra el abulense al que hacían responsable de todos los males del país, que eran muchos: crisis política en el desarrollo de la Constitución recién aprobada; crisis económica –alto paro e inflación— y descontrol policial frente a una ofensiva terrorista de ETA que en 1980 se había cobrado la vida de 98 ciudadanos. Después vino el intento frustrado de golpe de Estado –el 23-F— y el cambio que preconizaban los socialistas que se instalaron en el poder desde 1982 a 1996”. (José Antonio Zarzalejos en EL CONFIDENCIAL 13-2-10).
Tristemente Adolfo Suárez desapareció de la escena política y de la vida normal de un ser humano; de él se apoderó una enfermedad que lo dejó “muerto en vida” y así sigue. Por mi parte pienso que esa enfermedad, le vino a consecuencia de los padecimientos sufridos en esos (supongo que) agotadores avatares de los peores años de una transición pacífica, que como arriba digo, refrendamos el propio pueblo de forma masiva; por lo que su desarrollo posterior debiera haber sido mucho más brillante de lo que lo fue y desde luego, no haber llegado a la situación actual de podredumbre, corrupciones de todo tipo y “degollinas” políticas, para que al final; hayan quedado en la política, los más ineptos y nocivos… y es por lo que estamos “como estamos”. El único estadista que ha habido tras morir Franco, ha sido precisamente Adolfo Suárez; el resto no merecen otro calificativo que el de vividores de la política.
No se quejen pues los que dicen ser “socialistas” y herederos de Felipe González; puesto que están recibiendo una “crítica” civilizada en grado destacable y en contrapartida a todos los juegos sucios que ellos emplearon y emplean en contra de unos oponentes (que no enemigos: no se olvide el detalle) que lo que normalmente oponen, es “las verdades del barquero”, ante un inútil gobierno o gobiernos, encabezados por un mucho más inútil jefe, que ejerce con e absolutismo de épocas de hace siglos y sólo él manda y dispone y cuando quiere… “se quita de en medio para no responder de nada”.
¿Por qué no se fue hace tiempo, se ha ido ya… o se va mañana mismo? No lo entiendo, no lo entiende nadie con un mínimo de dignidad; pero ahí sigue y además, con “su memoria histórica”, la verdadera; la ignora con toda la perversidad inimaginable.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo) www.jaen.ciudad.org (allí más)