EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
No, no le voy a contar el argumento de aquella película de la Fox titulada “Sucedió un Domingo” estrenada en 1944 y cuyo principal papel lo interpretó la famosa Anne Baxter. Se trataba de un drama bélico que se desarrollaba en los años de la Segunda Guerra Mundial y narraba el que una familia de modesta condición ha hecho todo su esfuerzo para preparar un almuerzo dominical a un soldado cualquiera, como gesto de contribución a la causa. Ignoran que su carta con tal ofrecimiento nunca llegó a destino. Pero lo dicho, no voy a contar la película completa, con esta sinopsis creo que es suficiente para darle título a lo que en España también “Sucedió en Domingo”, un domingo que recayó el pasado uno de julio y que también tuvo que ver con el esfuerzo y a la contribución por parte de todos los españoles a la causa, una causa que se concreta en posibilitar que las empresas energéticas puedan continuar obteniendo decenas de miles de millones de beneficios mientras en este país no se desarrolla un “drama bélico” pero si un drama socio-económico, no son “años de guerra” pero si son años de penurias y de privación de muchas cosas, donde los recortes, perdón quiero decir “reformas” como afirma Mariano Rajoy, están causando estragos en las familias españolas. “Sucedió un domingo” en España. El uno de julio de 2012, domingo, tuvo lugar la subida de la luz un 3,95%; la del gas natural, un 2,26%; la del butano, un 5,92 % y la puesta en práctica del copago por los medicamentos que los enfermos crónicos consumen, principalmente esta obligación ¿o se trata de una reforma? afecta a pensionistas y jubilados, y también el aumento del porcentaje que tienen que pagar aquellos que no “gozan” de la condición de ser enfermos crónicos ni de ser jubilados y pensionistas. No sé si esto es merecedor de que invitemos a nuestra mesa al presidente del Gobierno o a la ministra de Sanidad, por darnos la oportunidad de poder llevar a efecto un “gesto de contribución a la causa” a la que antes me he referido.
Todo esto se da en un país donde la estafa se ha legalizado y donde la Agencia Tributaria ha abierto ventanillas para que golfos, sinvergÁ¼enzas, maleantes y traficantes de droga puedan blanquear su dinero pagando un módico gravamen mientras que en los juzgados, ¡paradojas de la vida!, se está enjuiciando a todos aquellos a los que se les ha descubierto, o se les supone, que han blanqueado dinero. Esto solo pueden ocurrir en un país donde el Gobierno ha perdido el rumbo y no sabe cómo manejar el timón para recuperarlo. Todo esto ocurre en un país, me refiero a España, claro está, donde el Gobierno nos quiere hacer creer que España está fuerte en Europa y que Rajoy ha conseguido “doblegar” a Ángela Merkel en lo referente a la consecución de que el célebre préstamo de 100.000 millones de euros se le haga directamente a la banca y que no aumente el déficit soberano. Lo que no queda claro, es si el Estado español va a ser o no el garante, ante el Banco Central Europeo, de ese dinero que de forma directa la Unión Europea le va a prestar a los bancos españoles. Que no nos venga Rajoy poniéndose “moños”. No ha sido él quien le ha “bajado los humos” a la jefa del Gobierno alemán, sino la actitud firme y amenazadora del primero ministro italiano, Mario Monti, quien puso sobre la mesa lo que hay que poner y en un bis a bis, político claro, con la Merkel amenazó a esta con dimitir con lo que el escándalo y el quebranto que esto hubiera ocasionado en la Unión Europea hubiera sido letal. Rajoy es incapaz de dimitir, con lo que al pobre le costó llegar al sitio donde está, por cierto: ¿Se ha dado cuenta él del sitio donde está? Porque esa es otra. Yo creo que no. De todos modos hay que reconocer que Rajoy es un reformista, ha cambiado el sentido de los domingos, siempre se esperaba que estos fueran relajantes y placenteros y ahora resulta que los ha convertido en un día de sobresalto y agobio al autorizar, precisamente en domingo, la subida de precio de suministros de primerísima necesidad. Rajoy nos ha jodido hasta los domingos.