Sociopolítica

Surrealismo y sarcasmo: Aído y Jiménez en «Save the Children».

El Círculo de Bellas Artes de Madrid, esa entidad madrileña para promocionar el espectáculo ha sido el lugar escogido para una macabra broma perpetrada al alimón por la «ONG» «Save the Children» y las ministras de cuota Bibiana Aído y Trinidad Jiménez. La peculiar chirigota aparece con motivo de una entrega de premios y se inmortalizó en las fotos del 30 de septiembre de la revista «Life«.

«Save the Children», o sea, «Salvad a los Niños». Seguramente habría que salvarlos de las ínclitas ministeriales. Las dos «megaestrellas» de la política están empeñadas en decir que el aborto es un derecho, especialmente para las niñas de la ESO tras los botellones que se celebran sin que nadie lo impida, por toda la geografía española. Todo ello ocurre en pleno debarte sobre la ampliación del aborto, y sobre la liberalización de la píldora abortiva, que ahora se expenderá incluso a menores sin receta médica pese a las contraindicaciones y problemas que presenta un farmaco tan agresivo.

Y es que es lo de siempre. Estos tíos salvan a los niños con el aborto, a los trabajadores con el paro, a los contribuyentes con más impuestos, a los moribundos con la eutanasia, a los soldados con guerras en la otra parte del mundo, a los drogadictos con metadona y a las mujeres maltratadas con órdenes de alejamiento que no alejan ni a una mosca.

Lo preocupante del caso es que una ONG multisubvencionada (probablemente haya una relación causal en los hechos) se dedique a invitar a las promotoras del aborto a entregas de premios que premian la lucha contra la mortalidad infantil. A lo mejor es que cuanto más se aborte, las cifras de este indicador  serán oficialmente mucho menores, pero eso no justifica el sarcasmo tan brutal que nos presentan.

Para información general, es bueno recordar que «Save the Children«, dice trabajar «para que se cumplan todos los derechos de los niños y niñas» y «para que todos los niños y niñas tengan las mismas oportunidades». Se ve que la interpretación de semejantes asertos es muy elástica, tanto como la hipócrita adhesión de España a la «Convención sobre Derechos del Niño». Al respecto y a título informativo, el artículo 6 de dicha Convención dispone que «todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida» y por niño (artículo 1) se entiende «todo ser humano menor de dieciocho años de edad» Se ve que los «nascituri» españoles no son seres humanos, aunque la surrealista Aído no haya aclarado si hasta que se separa del claustro materno, el «ser vivo» es un paramecio, un perro o un dinosaurio con forma humana.

A mí tampoco me queda muy claro si en la tétrica y surrealista vida política española hay seres humanos o inhumanos.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.