EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Estamos en un país. España, en el que se dice que sus ciudadanos son gente que suele hablar muy claro y llamar a las cosas por su nombre. Vamos, que los españoles no tenemos pelos en la lengua.
No obstante en estas últimas semanas se han venido desarrollando una serie de acontecimientos que ponen en entredicho esa claridad, franqueza que ha sido anulada por las palabras y verdades dichas a medias.
Todo comenzó con el plante de los pilotos de Iberia y de los controladores de vuelo. Resulta que ambos gremios negaban estar en huelga, pero era el si contra el no o el no contra el si. Confusión que nos lleva a la conclusión de que en este país, España, ya no sabemos lo que es una huelga, un paro intermitente, una huelga de celo o bajar el rendimiento en el trabajo. Aunque esto último es muy relativo ya que en una huelga de celo el ritmo de trabajo desciende y entonces la parte actora dice que no, que solo se trata de observar y cumplir todas las normas establecidas en los manuales y reglamentos laborales.
Pronto nos encontraremos con la anunciada jornada de paro por parte de los jueces. Nos vamos a quedar con la gana de saber si se trata de una huelga de un día de duración o de qué se trata realmente. Ya veremos al final como queda catalogada esta jornada de paro.
En cualquier caso son tres actividades laborales en las que los salarios no son precisamente bajos como es el caso de la mayoría de los trabajadores. Pero esto nos puede aclarar por qué ahora nos encontramos con que los banqueros también están en huelga, en paro intermitente, en huelga de celo o bajando el rendimiento normal. No sabemos en que estadio se hallan, pero lo cierto es que su “rendimiento” cara a las empresas y a las familias no es normal. Después de las medidas adoptadas por Gobierno para insuflar dinero a los bancos a fin de que estos atiendan a la necesidades de las empresas, preferentemente las de las pequeñas y medianas, y de las familias, nos encontramos con que no solamente no se le renuevan los créditos a los que los tienen vencidos sino que no se conceden nuevos préstamos, por lo que uno llega a pensar si es que en este país, España, los banqueros también están en huelga. Vaya usted a saber. Con lo “poco” que ganan les sobran motivos para estar en huelga.