Teletrabajo: una alternativa viable
España es uno de los países europeos en los que los trabajadores más tiempo pasan en el lugar de trabajo. Sin embargo los españoles se encuentran a la cola de Europa en productividad, lo que demuestra que el horario no está ligado a la eficiencia. Además trabajar tantas horas dificulta la conciliación de la vida laboral y familiar y el desarrollo personal. Como alternativa se ha implantado en muchos países el teletrabajo. La empresa permite al empleado hacer sus labores o parte de ellas fuera de las instalaciones habituales por medio de herramientas tecnológicas adecuadas.
En España este trabajo “a distancia” apenas llega al 8% de los trabajadores, pero en otros países como Finlandia la cifra asciende al 17%. Es una cuestión de mentalidad: confianza por parte de la empresa y compromiso por parte del trabajador. Algo que resulta más difícil en lugares en los que continúa vigente el concepto de trabajar por horas y no por objetivos. En España se ha hecho típica la cultura del “presentismo”: aprovechar el tiempo no es lo importante, lo fundamental es estar en la oficina.
Muchos expertos en dirección de personal lo consideran un error y apuestan por el teletrabajo como forma de mejorar el rendimiento y la situación general de los empleados. Diversos estudios ponen de manifiesto que el teletrabajador es más feliz y produce más, además de tener mejores relaciones con sus compañeros y mejorar su satisfacción e incluso su salud. El estrés y el agobio se reduce, ya que en muchos casos deriva de los atascos que se forman en las grandes ciudades a la hora de acudir al trabajo. Por lo tanto descongestionar las ciudades es otra de las grandes ventajas de esta alternativa.
Pero hay más. Aparte de ser una forma de conciliar la vida laboral y personal y tener tiempo para el desarrollo pleno en todos los ámbitos, se trata de una medida de ahorro tanto para empresas como para trabajadores. Los costes de mantenimiento de edificios, calefacción o electricidad se reducen de forma considerable y el empleado gasta menos dinero en transporte, ya que lleva a cabo muchos menos desplazamientos. Es un trabajo más sostenible, que conlleva una disminución de la contaminación.
Combinaciones hay muchas. Hay trabajadores que van dos o tres días por semana a la empresa y otros que se quedan en casa un día. Es el propio empleado el que decide cómo hacer sus tareas y gestiona su propio tiempo. Para Ricardo Pérez, profesor de Sistemas de Información de la IE Bussines School “el teletrabajo es una oportunidad, sobre todo en los tiempos de crisis que vivimos”, a pesar de que hay empleos en los que no es posible implantarlo.
Álvaro Martín es teletrabajador del Área de Accidentes de la empresa Línea Directa Aseguradora. Tiene un niño pequeño y afirma que esta modalidad le ha supuesto “un ahorro en costes emocionales y monetarios, además de poder compatibilizar la vida personal y familiar”. Á‰l y su grupo de trabajo acuden dos días por semana a la empresa, hacen reuniones y no pierden el contacto con la compañía. Algo fundamental, ya que el riesgo del teletrabajo es la pérdida del vínculo con la empresa y el alejamiento de la sociedad. Para evitarlo es muy importante formar a los directivos y a las personas que lo van a llevar a cabo.
Las sociedades actuales hemos desarrollado una forma de vida que gira en torno al trabajo y quizás descuidamos otros aspectos como la familia, el ocio, el crecimiento personal… En lugares como España los trabajadores salen de casa y vuelven de noche, apenas les queda tiempo para hacer otras cosas. El teletrabajo se erige como una buena alternativa. Parece que se establece como la modalidad de trabajo del futuro, de hecho, para Ricardo Pérez “las organizaciones deben cambiar la forma de gestionar a sus trabajadores y las que no lo hagan dejarán de existir. Nos toca cambiar o morir en el intento”.