La celebración de los Juegos Olímpicos en un lugar o en otro dejó ya hace demasiado tiempo de ser un valor deportivo para convertirse en un valor económico, en una inyección ingente de dinero que ayuda al desarrollo social, industrial y turístico de la ciudad elegida.
En España tenemos el ejemplo más claro con Barcelona, ciudad que pasó de ser una ciudad atractiva, fronteriza con Francia y bañada por el Mediterráneo, a convertirse en ciudad de referencia a nivel mundial gracias al desarrollo de las infraestructuras del que disfrutó al recibir los Juegos Olímpicos de 1992.
Madrid aspira a ello, ya intentó la aventura para los Juegos de 2012, pero Londres se hizo con el pastel. La candidatura madrileña tenía dos defectos claros: falta de plazas hoteleras suficientes y seguridad bajo sospecha debido a la actividad terrorista.
Ahora, todo ha cambiado. Las plazas hoteleras en Madrid son suficiente (excesivas incluso) y la actividad terrorista en España se ha reducido hasta límites que no se recordaban.
A ello, Madrid añade el tener ya construido casi el 80% de todos los recintos deportivos que acogerán las competiciones, el contar con la mejor red de transporte público entre todas las candidatas, el apoyo incondicional de todas las instituciones y de toda la sociedad (algo de lo que no pueden presumir el resto) y el valor social de la Villa Olímpica, una vez abandonada la vorágine deportiva.
Por ello, tengo una corazonada, porque me siento madrileño, aunque no lo sea, y comprendo la mejora que sufriría la ciudad con la designación, y me apasiono, como amante del deporte, ante la idea de poder disfrutar del deporte en estado puro, y me froto las manos, como profesional de la hostelería, ante la avalancha de turistas que recibiría.
Madrid 2016 es la candidatura de España, no solo de Madrid, al igual que Barcelona también lo fue, porque aunque el beneficio se centraría en la capital, la onda expansiva afectaría de manera positiva al resto del territorio nacional.
Tengo una corazonada, Madrid será la ciudad designada para celebrar los Juegos Olímpicos de 2016.