El Parlamento Vasco llevará al Congreso la incorporación del condado de Treviño, una petición de los dos ayuntamientos del enclave burgalés, sin contar con la Comunidad Autónoma de Castilla y León
Treviño. Foto: aremesal
Que el Gobierno Vasco, en manos nacionalistas, reclame territorios de más allá de sus competencias territoriales, no es de extrañar, pues el nacionalismo siempre ha sido expansionista. Que se dediquen a perder el tiempo y el dinero público en asuntos inviables, sabiendo ya de antemano que no se va a aprobar en Madrid, y cuyo único fin es buscar un titular o sacarse una foto, tampoco es novedad. Pero que los nacionalistas se salten las leyes y protocolos con el consentimiento y apoyo de los partidos, teóricamente españoles, parece que ya empieza a ser algo habitual.
Dos ayuntamientos de Burgos llevan una petición, en vez de al Gobierno de Castilla y León, al Gobierno Vasco, y éste la aprueba con el apoyo de Bildu, cosa que no es de extrañar, pero también del PSE, a pesar de la oposición del PSOE y la falsa abstención del PP y UPyD. Y digo falsa abstención, porque ambos partidos también apoyan la propuesta, pero el primero se abstiene porque su partido a nivel nacional se opone, y el segundo, porque esta propuesta la apoya Bildu.
Mal precedente está sembrando el Gobierno Vasco, (y desde luego que lo hacen a sabiendas de que todo quedará en aguas de borrajas, pensando más en los focos mediáticos que en las consecuencias), porque con esta ley que proponen, si se aprobara en el Congreso, podría salirle el tiro por la culata: ¿Y si cualquier municipio vasco decide por su cuenta incorporarse a Navarra, Cantabria, La Rioja o Burgos? Por ejemplo los municipios de la Rioja Alavesa, podrían usar los mismos argumentos que los de Treviño, para unirse a La Rioja.
Un día después, el Lehendakari se declara contrario a la segregación de Igueldo por no contar con las Juntas Generales de Guipúzcoa y ni con el pleno del Ayuntamiento de San Sebastián…
