En la homilía de la coronación pronunciada por el cardenal, Tarancón ya adelantó la ruptura con el franquismo y el comienzo de una nueva época democrática. Sus palabras fueron reforzadas después por S.M. el Rey durante el almuerzo ofrecido a los altos dignatarios que habían acudido a Madrid para asistir a la ceremonia.
Que la izquierda se atreva a acusar al Rey de ser un reducto del franquismo a eliminar no es sino una demostración de lo poco que sabe o quiere saber de la historia. El día de la consagración de la Corona quedó más claro que nunca que la España de Don Juan Carlos I sería muy diferente a la que acabó con el fallecimiento del Generalísimo.
El consenso y sentido común que se desprendían tanto de la homilía de Tarancón como de las palabras pronunciadas posteriormente por S.M. el Rey lamentablemente son vilipendiados por el actual gobierno de Zapatero y sus aliados separatistas catalanes, vascos y gallegos. No estaría mal que se volvieran a leer los discursos de hace 33 años para tener presente lo que ha sido el buen hacer del Rey y de los políticos de entonces.
Al contrario de muchas otras Monarquías, en España el Rey no es coronado, aunque se viene a denominar la celebración de la consagración de la Corona como «coronación». La actual corona real data de tiempos del Rey Carlos III y tiene un valor meramente simbólico, ya que por su tamaño sería también imposible ceñirla sin más.
¡Por España, todo por España!
¡Viva España! ¡Viva el Rey!