¡No dejes de ser tú!
Aunque los demás te insistan
que seas como ellos,
no permitas que tu ser sea egoísta,
vive con tus sueños bellos.
¡Lucha por ser tú!
Aunque te cueste un esfuerzo
y riesgo en cierta medida,
camina con tus penas y alegrías;
y con tu voz firme que exclame:
“¡Quiero ser el guía de mi vida!”
¿Ves la belleza en ser tú?
Aunque tengas complicaciones,
desventuras y obstáculos,
tendrás el privilegio y las orientaciones
de la llama de tu corazón;
su magia y amor
acabarán con tus limitaciones,
sentirás a tu ser superior,
y te llevará por el camino de las estrellas;
te bajará con su carro de amor
a que vivas con sus estelas,
su luz y su candor.
¡Qué seas tú es vida y pasión!
Después del recorrido del cielo
pasearás por la hermosa Tierra;
el fuego de tu alma liberada
llenará de amor a esas doncellas,
que en esos atardeceres rojizos,
observando el mar celeste,
sentirán vivir la sensación más bella;
y el corazón, alocado y erguido,
llegará a tus labios ardorosos,
los que se posarán, con pasión desmesurada,
en unos tiernos besos
hacia tu doncella amada.
¿Ves qué belleza es tu vida?
Sin tener mal de conciencia,
porque sabes que así es la vida:
con una sutil inocencia
y una emoción bien asumida,
sin preocupaciones ni desencantos,
pues ser tú es el mayor encanto
en sentir así la vida,
con libertad de corazón,
con conocimiento,
y con la contagiosa sensación
de ser tú mismo y tu conciencia.