Ya va bueno el año, decía siempre mi difunto abuelo al poco de comerse las uvas, sin llegar a comprender muy bien qué cosa quería decir con aquello. Pues sí; fíjense ustedes a qué fecha estamos ya: esto va a toda pastilla.
Pues bien, el 2013 va a ser un año “difícil”, según nuestros sesudos gobernantes (nuestro presidente Rajoy y otros así lo han afirmado) y quizá, en el cuarto trimestre, esto comience a remontar (palabras de De Guindos). Vaya ejercicio de previsión tan sesudo, ¿no les parece? Para decir eso que todos sabemos, no hace falta estar donde están ni ser asesorados de continuo por FAES, que es en realidad quien toma las decisiones de peso en este país.
Sin embargo, existen indicios de que no va a ser así. Todos ustedes recordarán aquello de la “leve desaceleración” o la célebre expresión de los “brotes verdes”. Se equivocaron. Todos fallaron en sus pronósticos. Nadie “sospechaba” la que se venía encima. Pues bien, el hecho de negar la mayor implica que se va a cumplir lo contrario a lo que se alude. Por eso creo no existe la más mínima duda de que este año los parados van a encontrar trabajo, por ejemplo. Y sino véase el ejemplo abnegado de este chico que quizá algunos conozcan, ese muchacho que trabajó a lomo caliente para el gobierno como ministro de Economía y que posteriormente fue vicepresidente del gobierno con Aznar y luego director gerente del FMI y a continuación presidente de Caja Madrid y de Bankia de donde salió por patas. ¿Lo recuerdan?
Pues bien; este muchacho sin mácula en toda su trayectoria, este trabajador honrado y fiel donde los haya, ha vuelto a encontrar empleo. ¿ven ustedes cómo todo es posible? Telefónica, esa empresa de intachable singladura le ha contratado tras un largo, transparente y laborioso proceso de selección como ponente dentro de sus consejos asesor de Latinoamérica y Europa, según ha indicado la compañía en un comunicado.
Todo el mundo sabe que para acceder a cualquier puesto de trabajo en la empresa privada, desde peón o camionero, hasta presidente o director de producción, se accede a través de los propios medios de valía personal, curriculo en mano, con excelente trayectoria y buenas referencias profesionales y personales. En las empresas serias no contratarían a personas sobre las que se albergase cualquier tipo de duda sobre su solvencia profesional o moral. Supongo que no habrá argumentado en su trayectoria o en su linkedin el dudoso honor de estar entre los cinco peores directivos del mundo, según la lista anual que publica la revista estadounidense Bloomberg Business Week. Esta publicación, apunta a que el ex ministro de economía y ex director gerente del FMI “tiene una vinculación directa con el colapso espectacular de Bankia y el posterior rescate por parte del Gobierno español” y además “está siendo investigado por fraude, por pactar precios y también por malversación de fondos”, motivos que “obligan a su inclusión en este ‘top5’
De entre sus muchos honores, figura el virtuoso detalle de haber sido uno de los 33 querellados en responder de los hechos que desencadenaron la nacionalización de BFA-Bankia, la matriz de la entidad financiera que ha acumulado los activos problemáticos de las siete cajas de ahorros que la integran, enfrentándose a presuntos delitos de estafa, administración desleal, apropiación indebida, falsificación de cuentas y maquinación para alterar el precio de las cosas, de los que le acusó UPyD en la primera querella por el caso Bankia que fue admitida a trámite enla Audiencia Nacional.
Ante tan brillante currículo no es de extrañar que la principal empresa del país no tenga reparos en contar entre sus sufridos trabajadores a tan ilustre prohombre, por lo que Telefónica (empresa privada-privatizada) ha subrayado en su comunicado que el nombramiento refuerza «la visión global de la firma», que tiene presencia en 25 países sin decir, claro, que fue precisamente el mismo Rato el responsable económico que facilitó la privatización Telefónica durante el Gobierno de José María Aznar cuyas redes pagamos entre todos los españoles desde hace más de 50 años.
Por eso, no desesperen los parados. Este es el vivo ejemplo de trabajo sin desmayo, dignidad y perseverancia que todo el mundo debería sostener en todo lo alto para obtener los más altos merecimientos o acceder por méritos propios a un puesto de trabajo digno y bien remunerado.
Porque por mucho que digan, no hay que cambiar el sistema, sólo tenemos que confiar en quienes nos gobiernan y, como bien dijo nuestro monarca en términos náuticos, «seguir remando». Así, y sólo así, es como saldremos.
Pero quizá D. Juan Carlos no se haya dado cuenta de que por mucho que rememos seguimos llevando las ratas a bordo.
Y puede que acaben por comernos por los pies.