Para la mayoría de los ciudadanos, con excepción de lo que viven de la política, tertulianos, analistas y politólogos incluidos, el debate entre Pérez Rubalcaba (PSOE) y Rajoy (PP), resultó decepcionante. Para que nos entendamos, una soberana paliza, comenzando por el empalagoso y “políglota” presentador, Campo Vidal, cuya total ausencia de naturalidad es desesperante. Cuando todos los temas han sido previamente pactados y milimetrados los tiempos de intervención, decae el interés y el hartazgo es total. Mas de uno, aunque lo niegue, a duras penas soportó la segunda parte pero dando cabezadas.
Entre la remilgada y robotizada cursilería del citado Campo Vidal y el exceso de prolegómenos, solo faltó la alfombra roja. Los televidentes, saturados de tanta explicación estúpida sobre la puntualidad de los protagonistas, tipo y color del traje, color de la corbata, maquillaje, grado de nerviosismo, estado de ánimo, seguridad, etc. Y todo ello comparado con el último debate del 2008, fue insufrible y perfectamente prescindible. Esperemos que tomen nota.
El hecho de haberse excluido descaradamente cuestiones como el estado de la Justicia (Bildu) o la galopante corrupción con el Caso Campeón” (léase Blanco) incluido, añadió desconfianza a este tipo de escenificaciones, al margen de que los contendientes tampoco aportaron nada nuevo. Posiblemente ni Rubalcaba ni Rajoy o sus respectivos negociadores, ignoran el desprecio que le causan a los españoles, cansados de abusos, despilfarros y tomaduras de pelo.
Según la información aparecida en los medios el montaje de este circo ha costado la friolera de 550.000 euros, de los cuales 20.000 fueron dedicados al catering. En opinión de periodistas y fotógrafos la calidad fue solamente mediocre, no ocurriendo lo mismo con la elaborada para invitados especiales sensiblemente superior. Como dirían en Málaga “no todos podemos vivir en calle Larios”. Conviene también aclarar que de los 650 periodistas acreditados, solo retiraron la credencial la mitad. Algo que se notaba por los espacios vacíos de la sala, cuando en el 2008, varios de ellos tuvieron que ocupar y sentarse en los pasillos.
Otro aspecto que no ha sido comentado y que habría que añadir al coste del acto se debió al espectacular despliegue de seguridad, con helicópteros, perros, revisión de suelos, etc. El plató fue blindado a las cuatro de la tarde, prohibiéndose la entrada a partir de dicha hora. En esta ocasión, lo que son las cosas, los antidisturbios no permitieron el acercamiento de los Indignados del 15-M, situados a unos 50 metros y los accesos totalmente bloqueados. El mismo tratamiento y actuación aplicada recientemente en la Puerta del Sol. Habría que felicitar a la diligente delegada del Gobierno en Madrid por su eficacia….
Como final, son muchos los ciudadanos que se han preguntado porque no le cedieron a cualquiera de las televisiones privadas la organización del evento, lo habría realizado maravillosamente y nos habría evitado otro saqueo más al bolsillo del sufrido contribuyente.
Sobre la actuación de los aspirantes a la Moncloa, ni una palabra en esta carta. Que cada cual opine lo que le de la gana. El resultado, como siempre, los conocemos todos. Ambos ganaron por goleada en Ferraz y Génova respectivamente. ¡¡Que pena!!