Koshnik, un elefante asiático de Corea del Sur, es capaz de pronunciar palabras en coreano como ‘sí’, ‘hola’ y ‘siéntate’, fácilmente comprensibles para los nativos. El paquidermo pasó su infancia en un zoo donde solo tenía contacto con personas, lo que explica este comportamiento.
La imitación vocal ha evolucionado significativamente en muchas especies, lo que les ha permitido aprender y transmitir sonidos complejos, como hacen los pájaros con su canto. La revista Current Biology recoge esta semana el caso de un elefante asiático llamado Koshnik, que puede imitar el discurso humano pronunciando palabras en coreano. El animal vocaliza las palabras situando su trompa dentro la boca, lo que le permite modular la forma del tracto vocal durante la fonación.
“El discurso humano tiene básicamente dos aspectos, tono y timbre”, explica Angela Stoeger, de la Universidad de Viena y coautora del estudio. Sorprendentemente, Koshnik es capaz de imitar el tono de voz de sus entrenadores. Los científicos aseguran que es algo muy extraño “teniendo en cuenta las diferencias de tamaño y de tracto vocal entre el elefante y los humanos”, comenta Stoeger.
Estudios anteriores han dado muestras de la capacidad de imitación vocal que tienen elefantes africanos y asiáticos. Hasta el momento solo existían algunos ejemplos convincentes de la emisión de ‘discursos’ en mamíferos no humanos, como el caso de Hoover, una foca de la especie Phoca vitulina rescatada por un pescador que imitaba frases simples en inglés.
Algunos paquidermos de África han llegado a copiar los sonidos de los motores de los camiones, mientras un elefante asiático de un zoo de Afganistán era capaz de imitar sonidos en ruso y en kazajo, aunque este caso no se ha investigado científicamente.
Koshnik –de la especie Elephas maximus– es capaz de copiar los sonidos humanos y producir palabras en coreano perfectamente reconocibles. Stoeger y sus colegas pidieron a nativos coreanos que escribieran lo que entendían tras escuchar las grabaciones de los sonidos del paquidermo.
Palabras como “sí” y “siéntate”
Todos los oyentes estuvieron de acuerdo sobre el significado general de lo que acababan de escuchar. Distinguieron cinco palabras coreanas: annyong (hola), anja (siéntate), aniya (no), nuo (túmbate) y choah (bien).
Los investigadores observaron que el animal era capaz de imitar las vocales con gran precisión y tenía más dificultades con las consonantes.
Para conseguir imitar los sonidos, este elefante se basa en el uso de la trompa, “algo muy inusual y que nunca se ha observado en ningún otro ejemplar de paquidermo asiático salvaje”, recoge la investigación.
Koshnik sitúa la trompa dentro de su boca para modular el tracto vocal, cuya configuración actúa como filtro acústico de los sonidos producidos en la laringe. Se trata de un método novedoso de producción de sonidos vocálicos que no se había observado hasta ahora.
Este comportamiento del elefante sorprendió especialmente a los científicos porque estos animales tienen el labio superior unido a la nariz, lo que da forma a la trompa. De este modo, la capacidad de redondear el labio, que es imprescindible para pronunciar fonemas vocálicos como la /u/, les resulta imposible.
Supera sus limitaciones morfológicas
Sin embargo, la capacidad de Koshnik para imitar esas vocales demuestra que “puede superar sus limitaciones morfológicas aumentando el tracto vocal con su trompa”, explican los científicos.
Así, se puede deducir que el cerebro del elefante “transfiere información detallada entre los centros auditivos y las regiones de planificación motora, entre las que se encuentran las que controlan los músculos de la trompa”, apunta el estudio.
Hasta el momento, poco se sabe sobre por qué los elefantes emiten sonidos. En el caso de los machos, la producción sonora se produce especialmente durante los periodos de explosión de testosterona, conocidos como ‘musth’ por su nombre original en persa –que significa ‘intoxicado’-, en los que muestran un comportamiento muy agresivo.
En cambio, Koshnik imita los sonidos a lo largo del año y no solo durante esa etapa. Esto podría explicarse atendiendo a la experiencia juvenil del animal, que es crítica para el desarrollo de los paquidermos. En ese periodo, Koshnik fue durante cinco años consecutivos el único elefante que vivió en el Zoo Everland de Corea del Sur y solo tuvo contacto social con personas.
Por eso, los investigadores creen que la adaptación de su vocalización a la de sus compañeros humanos probablemente responda a su deseo de integración social.
Pese a lo sorprendente del descubrimiento, los científicos hacen hincapié en que esto “no significa que el animal sepa lo que está diciendo ni que realmente quiera decir eso”.
Referencia bibliográfica:
Angela S. Stoeger, Daniel Mietchen, Sukhun Oh Shermin de Silva, Christian T. Herbst, Soonwhan Kwon, W. Tecumseh Fitch. “An Asian Elephant Imitates Human Speech”. Current Biology. 1 de noviembre de 2012.
SINC