Un número importante de habitantes del Plateau Central, zona rural cercana a donde ocurrió el terremoto de 2010 en Haití, puede estar manifestando altos niveles de síntomas de depresión y pensamientos suicidas, concluyó un estudio en BMC Psychiatry (19 de septiembre).
Si bien los habitantes de esta región, al norte de Puerto Príncipe, sufrieron pocos daños materiales como consecuencia del sismo, sí experimentaron un significativo aumento en la población, debido al desplazamiento interno. Además, muchos tenían familiares que murieron o lo perdieron todo.
La investigación es uno de los primeros estudios epidemiológicos que utiliza un instrumento adaptado culturalmente a la comunidad encuestada para identificar síntomas de depresión, intento de suicidio y riesgos asociados.
El instrumento usado, Inventario de Depresión de Beck (BDI, por sus siglas en inglés), se tradujo al creole —lengua oficial haitiana—, proceso que incluyó una traducción literal realizada por individuos no expertos, una revisión por parte de profesionales médicos y una prueba piloto.
Encuestadas 408 personas, más de seis por ciento confesó pensamientos suicidas, mientras que el puntaje promedio de los síntomas de depresión fue 20,4, siendo 20 el corte que usa el BDI para definir la presencia de depresión moderada en EE.UU.
Según el estudio, 41,7 por ciento de los encuestados puntuó 20 o más y 22,7 por ciento tuvo 29 o más puntos.
“Aunque adaptamos el BDI al contexto haitiano, aún es necesario validar [ese puntaje de corte] clínicamente, lo que significa que todavía no hemos determinado un rasero de la depresión clínica en el contexto de Haití”, dijo a SciDev.Net Bradley Wagenaar, del Departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Emory, Estados Unidos, y autor principal del estudio.
Los factores más asociados a síntomas depresivos fueron mayor edad, género (las mujeres tuvieron en promedio 2,1 puntos más que los hombres); nivel socieconómico más alto; enfermedades recientes o muertes en la familia; falta de alimentos; largas distancias hacia el trabajo; presencia de ideas suicidas y mayor nivel educacional.
Del total encuestado, 57 por ciento nunca había asistido a la escuela, 97 por ciento no había tenido suficientes alimentos durante uno o más meses al año y 63 por ciento respondió que un miembro de su familia sufría de estrés o tristeza.
Los autores concluyen que Haití requiere servicios de salud mental para llegar a grupos específicos de alto riesgo y así minimizar “la incidencia, morbilidad y mortalidad asociadas a depresión y suicidio”.
Al respecto, Wagenaar señaló que “en el futuro cercano [la ONG] Partners in Health implementará intervenciones comunitarias de salud mental en Haití”.
Enlace al estudio completo en BMC Psychiatry (versión provisoria)
Lisbeth Fog / SciDev.Net