Los yacimientos de la Sierra de Atapuerca acogieron la presentación de un libro en el que se recogen las conclusiones más destacadas de la primera reunión cientÃfica celebrada en Alcalá de Henares en enero de 2009 para analizar las relaciones entre grandes carnÃvoros y los homÃnidos en la PenÃnsula Ibérica durante la prehistoria. Según explicó a DiCYT Jordi Rosell, director del congreso e investigador del equipo de Atapuerca, el encuentro fue todo un éxito porque recogió las aportaciones de un nutrido grupo de expertos que llevan años trabajando en este tema, procedentes de paÃses como Portugal, Francia, Italia y España. De esta forma, se analizó por primera vez de manera conjunta el comportamiento de estos animales, sus hábitos cavernarios, su evolución, el papel que desarrollan en el medio, las extinciones o su relación con los grupos humanos.
En este sentido, el episodio más “curioso†que se puso de manifiesto en esta reunión fue el acontecido hace 350.000 años en la Sierra de Atapuerca, en concreto en el nivel TD10 de la Gran Dolina. Fue allà donde un grupo de homÃnidos dio caza a un león gigante, un león de las cavernas, y lo devoró. La conclusión más revolucionaria que se extrae de este suceso, como indica Jordi Rosell, es que “por primera vez se demuestra que este ente es capaz de cazar un leónâ€. Ahora puede no sorprendernos que algunas tribus africanas tengan como ritos de iniciación la caza de un león o capturan este animal para proteger a sus rebaños; sin embargo, continúa Rosell, cuando trasladamos esto a la Prehistoria y nos situamos en medio de un debate en el que se plantea si los homÃnidos eran capaces o no de cazar, el episodio del león nos demuestra que sÃ, “de hecho han cazado al rey de la selvaâ€, bromea el investigador. Este episodio se ha publicado recientemente en la prestigiosa revista Journal of Archaeological Science, un trabajo que han llevado a cabo Jordi Rosell, Ruth Blasco, también investigadora del equipo de Atapuerca; y los tres codirectores del proyecto, Juan Luis Arsuaga, José MarÃa Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell.
Pero las conclusiones de este episodio no se quedan en corroborar que el Homo heidelbergensis era un buen cazador. Las implicaciones de este hecho son “tremendamente grandes†para acercarnos al conocimiento del comportamiento humano de esta especie. Desde el punto de vista social, por ejemplo, nos indica que su organización era muy cohesionada porque dan caza al león en grupo; pero a su vez, nos revela una alta capacidad de improvisación ya que la idea de capturar al gran carnÃvoro no era premeditada, sino que surge porque supone una amenaza para el grupo o porque les molesta a la hora de dar caza a sus propias presas. En definitiva, nos indica que “son lo suficientemente hábiles como para hacer frente a un animal de estas caracterÃsticasâ€, reseñó Jordi Rosell.
Los homÃnidos que habitaron la PenÃnsula durante la prehistoria tuvieron que convivir con más carnÃvoros, además del león de las cavernas, mucho más grande que un león africano actual. A través del estudio de estos yacimientos, Rosell apunta que también han encontrado restos de hienas que merodeaban por el campamento una vez que los homÃnidos se habÃan marchado para aprovechar los restos de sus presas que habÃan abandonado. Zorritos, linces, osos y panteras completan la lista de carnÃvoros que compartieron territorio con nuestros antepasados.
Burgos, posible destino de un tercer encuentro
La I reunión cientÃfica sobre cubiles de hienas y otros grandes carnÃvoros en los yacimientos arqueológicos de la PenÃnsula Ibérica surgió con el objetivo de analizar las relaciones entre estos animales y los homÃnidos durante la prehistoria. Fue organizada por el equipo de investigación de Atapuerca y el del yacimiento madrileño de Pinilla del Valle, dirigido por Enrique Baquedano. Ambos equipos llevaban años interesándose por este tema y asà se puso en marcha este encuentro bajo el tÃtulo de . Debido al éxito obtenido, su director, Jordi Rosell, ya está planificando un segundo encuentro que tendrá lugar el próximo año en Tarragona.
Como retos para el futuro, el investigador señala abrir el estudio de las relaciones entre homÃnidos y grandes carnÃvoros a nivel mundial y no ceñirse exclusivamente a la PenÃnsula Ibérica. De esta forma, el congreso despertarÃa el interés de un número aún mayor de cientÃficos que el año pasado se echaron para atrás al conocer que el estudio se limitaba tan sólo a la PenÃnsula. “Tuvimos muchas peticiones de expertos procedentes del continente africano, asiático e incluso Norte América, pero al tener esa limitación se echaron para atrásâ€, lamentó Rosell quien además adelantó que si la reunión sigue siendo un éxito y siguen surgiendo datos novedosos, “el siguiente congreso tendrÃa que ser en Burgosâ€, concluyó.
Fuente: DiCYT