España es el país europeo con la tasa más alta de donaciones de órganos, 34 por cada millón de habitantes. Un nuevo récord corrobora años de investigación y trabajo bien hecho. El 26 de junio se realizaron un total de 36 trasplantes. Gracias a la generosidad de cuatro donantes vivos y de catorce personas ya fallecidas, 36 personas tienen una oportunidad para comenzar de nuevo.
Las donaciones de órganos permitieron realizar un total de 22 trasplantes de riñón, 11 de hígado y tres de pulmón. Entre los receptores figuraban tres niños que, gracias a dos riñones y un pulmón, conocerán una nueva vida.
La funcionalidad del llamado sistema español de donación y trasplantes, en coordinación con la ONT (Organización Nacional de Trasplantes), permitió realizar casi 4.000 plantes el pasado año. El sistema español se caracteriza por tener el entrenamiento de sus profesionales, que coordinan los trasplantes en todos los hospitales donde se puede producir una donación. España cuenta además con el apoyo de la ONT, encargada de formar a todo este equipo. La unión de buenos profesionales junto con una organización dedicada a coordinarlos y acordar protocolos comunes, conforma un modelo que no entiende de límites y ha situado a España como líder mundial en este campo durante los últimos 20 años.
El último record no hubiera sido posible sin la colaboración de diferentes organismos públicos y privados, además de la implicación de los servicios de emergencia y protección civil de las diferentes comunidades autónomas implicadas. Una red bien organizada respaldada por un sistema sanitario de calidad.
El sistema de trasplantes ha demostrado ser sólido. Sin embargo, los recortes en materia de sanidad podrían afectar a su buen funcionamiento. “Toda la red es consciente de que si empieza a haber problemas económicos a todos los niveles también los habrá para nosotros”, afirma el médico Rafael Matesanz, director de la ONT.
En otros países europeos donde la crisis es más aguda, las donaciones de órganos han descendido. En Grecia se han reducido casi a la mitad en dos años. Portugal lleva un descenso de alrededor de un 12%. Irlanda perdió el año pasado un 36% de sus donantes. Los tres países intervenidos han visto cómo la situación económica repercute en sus sistemas sanitarios. La donación es altruista y voluntaria. Pero todo lo que la rodea requiere profesionales, medios, quirófanos, en definitiva un presupuesto capaz de sustentar todo el sistema.
El sistema de trasplantes español ha sido imitado por todo el mundo. Europa, Australia e incluso Estados Unidos han tratado de implantar una red a semejanza de la española. “A través de la formación continua y activa de nuevos coordinadores se ha conseguido una solidez extraordinaria que garantiza la permanencia del sistema por encima de cualquier eventualidad o de cualquier político irresponsable”, explica el Dr. Rafael Matesanz. Una realidad que permite salvar escollos y materializar milagros.
La organización del sistema es una parte esencial de la red, sin embargo sería impensable su funcionamiento sin la existencia de donantes. La maravilla de los trasplantes reside en la disposición de las familias, enfermos y personas antes de su fallecimiento que deciden donar alguno de sus órganos para ayudar a otras personas en su andadura.
En una situación económica que ensombrece todo con desilusión y desesperanza, hay lugar para buenas noticias. Un récord de trasplantes es una inyección de optimismo para cientos de personas que necesitan un órgano para vivir, para sus familiares y amigos. Cada donación es una halito de vida, un milagro. Años de trabajo e investigación han permitido conformar una red que salva miles de vidas. Las dificultdes económicas no deberían perjudicar este logro que alimenta la esperanza de vivir para personas que, de otro modo, ya habrían perdido la batalla.
Irene Casado Sánchez
Periodista