Investigadores británicos han descubierto un antiguo antepasado de la cucaracha, Archimylacris eggintoni, que vivió hace unos 300 millones de años. El estudio, que se publica hoy en Biology Letters, ha permitido crear un nuevo modelo de fósil virtual tridimensional sin precedentes con información muy detallada.
Los científicos del Imperial College de Londres (Reino Unido) han realizado un modelo completo en 3D de un ejemplar fosilizado llamado Archimylacris eggintoni, un antiguo antepasado de las cucarachas, mantis y termitas modernas. El insecto habitó la Tierra durante el período Carbonífero (hace entre 359 y 299 millones de años), una época en el que los seres vivos acababan de salir de los océanos para vivir sobre la tierra.
“Algunas veces se hace referencia al período Carbonífero como a la edad de las cucarachas porque los fósiles de Archimylacris eggintoni y sus parientes se encuentran entre los insectos más comunes de este período. Se han encontrado ejemplares en todo el planeta”, explica Russell Garwood, autor principal e investigador en el departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería en el Imperial Collage de Londres.
El proceso de modelamiento en 3D ha permitido la observación de cómo los miembros de Archimylacris eggintoni se adaptaban perfectamente a todos los terrenos. Esta cucaracha “no era sólo una experta en el aire sino que también era muy ágil sobre la tierra”, añade Garwood.
El estudio, que se publica esta semana en Biology Letters, revela por primera vez cómo los rasgos físicos de Archimylacris eggintoni le ayudaron a prosperar en los primeros bosques. Los fósiles de estas criaturas miden normalmente entre 2 y 9 centímetros de longitud y unos 4 centímetros de ancho.
Imágenes a partir de un escáner
Los investigadores crearon sus imágenes a partir de un dispositivo de escáner de TAC, del Museo de Historia Natural de Londres. Este aparato les ha permitido tomar 3.142 muestras de rayos X del fósil y compilar estas imágenes en un preciso modelo en 3D que ha creado un fósil virtual del insecto a través de un software informático especialmente diseñado. Los científicos usaron los modelos para visualizar las patas, antenas, boca y tronco de la Archimylacris eggintoni, algo que nunca antes había visto el ojo humano.
Hasta ahora, los científicos sabían que Archimylacris eggintoni tenía alas, lo que sugería que este insecto podía volar. Sin embargo, se habían conservado muy pocas patas de esta especie en fósiles, por lo que los investigadores no podían deducir los comportamientos relacionados con su estilo de vida.
En el nuevo estudio, el modelo informático de los investigadores revela que Archimylacris eggintoni tenía estructuras pegajosas en sus patas llamadas “euplantulae”. Estas estructuras permitían a la cucaracha pegarse a superficies lisas como las hojas, y escalar por ellas. Esto les habría ayudado a depositar sus huevos por encima de la tierra, en lugares más seguros y alejados de los depredadores.
Además de las pinzas en la base de las patas que les permitía escalar árboles, esta especie también podía correr. Según el equipo, las patas se encontraban en un ángulo inferior respecto al cuerpo y eran bastantes largas, lo que les facilitaba el movimiento con velocidad.
Las mandíbulas eran muy parecidas a las de las cucarachas modernas. Comían y trituraban por tanto alimentos similares como hojas podridas y restos de insectos a la vez que se movían de un lado para otro.
“Ahora pensamos que este antiguo antepasado de la cucaracha pasaba la mayor parte del día en el suelo del bosque, comiendo grandes cantidades de alimento”, apunta el investigador británico. La técnica de modelo informático permitirá estudiar en el futuro otras criaturas fosilizadas del período Carbonífero, como las arácnidas Opiliones u otros tipos de especie como Camptophyllia, aún sin clasificar por los científicos.
Fuente: SINC