Crónica de una catástrofe en espera
Hoy quiero, necesito hablar (escribir en realidad) sobre algo que estoy viendo venir en España a pesar de no vivir ahí.
Soy un venezolano, de 31 años de edad, de los cuales más de la mitad de mi vida he visto como mi país, lentamente y poco a poco, se ha ido por un drenaje que ha sido construido desde sus cimientos por un estado de gobierno o pensamiento político muy arcaico por así decirlo, que se nos ha querido imponer a la fuerza.
Para mi es triste la situación de mi país, es obvio que esto podría devenir en algo catastrófico (mucho más de lo que está ahora). Lamentablemente, hay gente que aun a sabiendas de lo que está pasando aquí, que está mal en todos sus aspectos, sigue promoviendo la idea política o gubernamental de que lo que aquí vivimos es maravilloso.
He leído, con mucha sorpresa, como ahora se quiere poner en práctica en España la clase de gobierno que se está llevando a cabo aquí, y que tiene muchos seguidores, aludiendo a que lo que pasa en mi país es maravilloso, hermoso, bello, etc.
Por esta razón, me he visto en la penosa necesidad de decirles a aquellas personas que consideran que lo que pasa aquí es tan maravilloso, pues que vengan a vivirlo como nosotros lo vivimos, y ya aquí les nombraré algunas de las cosas de las cuales podrán disfrutar como venezolanos, como yo lo estoy haciendo:
1) Cortes de luz: desde hace mas de 5 años a nivel nacional. Se nos va por más de 2 horas en adelante, dejando incluso poblados o ciudades enteras sin luz o agua por más de 4 días, y se le adjudica la culpa a una iguana o a ataques del imperio americano sobre suelo venezolano…
2) Ándice de criminalidad disparada por las nubes. Encontrarán varias ciudades donde escoger. Por ejemplo mi ciudad, Barquisimeto, una de las más peligrosas de Latino-América, donde para salir a caminar en su día a día, al trabajo, de esparcimiento o lo que sea, hay que hacerlo rogándole a dios que no los roben, secuestren o los maten en el proceso. Estadísticamente hablando, tenemos más muertos en un fin de semana que un país en guerra, como gaza por ejemplo.
3) Largas colas: de más de 2 horas y, si tienen suerte, quizás de 1 hora, donde podrán, o tal vez no, encontrar los artículos que, lamentablemente, escasean en los anaqueles de la localidad, como por ejemplo: leche en polvo, cualquier cantidad de desodorante, champú, jabón, aceite, mantequilla, etc. etc. etc. si y solo si tienen la suerte de encontrarlo.
4) Precios ‘incómodos’ de pagar: donde todo está más caro y el sueldo es cada vez menor, ya que las más de 4 devaluaciones han dejado por el piso al supuesto Bolívar Fuerte, nombre que le colocó el difunto Hugo Chávez Frías, para ocultar la primera devaluación hecha en su mandato. Donde mi moneda vale menos que 1 dolar americano.
5) Libertad de Expresión: donde los medios de comunicación (tv o prensa escrita) son controlados por el estado, con testaferros escondidos pero atados por el gobierno, para así poder seguir diciendo que son canales privados y donde si llegas a alzar la voz de manera incomoda al gobierno, ellos te pasarán factura de una manera fulminante y rápida, mucho más que si fueras un ladrón o/ violador.
Donde si algo te molesta puedes protestar lo quieras, pero en tu casa, ya que, a pesar de que la famosa (para nosotros) constitución nacional, que era la biblia andante del fallecido presidente, dice que todo venezolano tiene derecho a protestar de manera pacifica sin necesidad de un permiso devengado por ninguna institución jurídica, el sucesor de turno puso como ley que la única forma de protestar es pedir un permiso y esperar a que te den el permiso firmado y sellado para poder protestar.
Al venir acá (si es que les alcanza el dinero para pagar un pasaje a mi precioso país, ya sea solo de venida o de ida y vuelta) se les dará una charla amena de cómo sobrevivir en el día a día, de cómo hacer nuevos amigos en las colas (esperando que no se acerquen a robar a todos los presentes), cómo estirar su sueldo de una manera casi mágica, porque el sueldo mínimo no alcanza para comprar la cesta básica venezolana y cómo sobrevivir en el intento y ser felices con lo poco que nos da el maravilloso gobierno venezolano.
¿Comprar un carro nuevo? Imposible. Primero por los precios y segundo porque no hay en existencias, ya que si quieres optar por uno, tienes que ir al sitio donde se presume su venta, inscribirte en una lista donde puedes optar por él en unos cuantos años, si tienes suerte de que haya o, si no, pagarle una jugosa cantidad a los intermediarios y esperar a que te aparten un carro que te saldrá el cuádruple de lo que esperabas gastar. Eso claro está, si también tienes el dinero para ponerle un seguro al carro por, robo, siniestro, etc.
Claro está que si eres un funcionario publico, tarifado, algún señor importante, militar, hijo de una persona del gobierno o hijo de militar activo con buen cargo, todas esas leyes se obvian y podrás obtener absolutamente todo lo que desees.
¿Comprar una casa nueva para hacer tu vida con tu familia? pues mi amigo, te sale mucho mas barato tener tu familia unida a tu otra familia y que todos vivan juntos en una sola casa, gracias al maravilloso poco poder adquisitivo de nuestros tiempos. A menos, como dije arriba, si eres algún suertudo de los ya mencionados, esas leyes serán obviadas para su conveniencia.
El adoctrinamiento para tus hijos está asegurado en las escuelas públicas hechas por el gobierno, donde estarás seguro de que aprenderán de todo (a conveniencia del ministro de la Educación, ya que no quiere convertir al pueblo en aspirantes a más, ya que podrían abandonar la senda revolucionaria), hasta el nuevo padre nuestro hecho para recordar al fallecido presidente: Chávez nuestro.
El generador de esta idea romántica que les están queriendo vender, a ustedes los españoles, es el señor Pablo Iglesias y lamentablemente, muchos están comprando esta idea como algo novedoso y maravilloso, el luchar contra el capitalismo, no sé si es para sentirse de alguna manera Robin Hoods intelectuales o solo por ser parte de algo nuevo, la moda del momento.
Ojala que los ciudadanos españoles despierten y se den cuenta que su humilde servidor venezolano (que no tiene ínfulas de irse a vivir a España o de ganar simpatías y que tampoco es un tarifado o pagado por el imperio) solo les está advirtiendo sobre una crónica de una catástrofe en potencia y anunciada para con sus estilos de vida.