Una investigación desarrollada por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y por el laboratorio OrionMediaLab de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca se propone analizar las virtudes y defectos del iPad como dispositivo de lectura. Esta iniciativa, en la que participan niños y jóvenes de la localidad salmantina de Peñaranda de Bracamonte, supone la continuación del proyecto Territorio e-book, que ha estudiado el uso que hacen de los libros electrónicos lectores de diferentes edades.
Dentro del proyecto Territorio e-book, «estamos trabajando en todos los rangos de edad, desde niños a personas mayores, pero al diseñar la investigación, vimos que para jóvenes y niños la tinta electrónica de los libros electrónicos tenía menos sentido, porque los encontrarían muy diferentes a los gadgets que están acostumbrados a utilizar, por eso pensamos en hacer una investigación con iPads», explica a DiCYT Javier No Sánchez, decano de la Facultad de Comunicación de la Pontificia y miembro del laboratorio OrionMediaLab.
Para ello, los investigadores han creado dos grupos, uno de niños de 9 a 13 años y otro de adolescentes de 14 a 18, cada uno con propuestas diferentes. Las actividades del primer grupo han girado en torno al libro de ilustraciones Artistas insólitos, mientras que para el segundo se ha tomado como referencia El joven Lennon.
A su vez, en cada rango de edad, los participantes se han dividido en un grupo experimental y otro grupo de control. A ambos se les presta un iPad, con el libro y las mismas aplicaciones complementarias (por ejemplo, aplicaciones musicales), pero en el caso del grupo experimental se añaden una serie de actividades complementarias, encuentros y animaciones, diseñadas por los técnicos de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
El trabajo de los profesores de la Universidad Pontificia es diseñar la investigación y recoger los datos de estas experiencias y, después de los primeros meses trabajando en esta línea, están extrayendo los resultados. «Estamos empezando a apreciar la importancia de la labor de acompañamiento que hacen los monitores frente a la opción de dejarles simplemente el dispositivo», indica Javier No.
Técnicas
Las técnicas que utiliza el estudio son variadas, cualitativas y cuantitativas. «Recogemos muchos datos de cada grupo, queremos tener una visión transversal desde los pequeños a los mayores de su adaptación a las diferentes herramientas de lectura», asegura. Entre los objetivos está «medir la satisfacción del usuario con el iPad y la apropiación, es decir, si lo integran en su vida diaria, si a través del iPad leen más, si se puede fomentar la lectura».
Una de las herramientas es la medición de la satisfacción del usuario, con preguntas acerca de sus impresiones en el uso de la tecnología, tanto generales como específicas acerca de la lectura y de las aplicaciones del dispositivo. También «tenemos un cuestionario para ver qué han leído, cuánto tiempo permanecen leyendo y qué otros usos le han dado en sus quehaceres cotidianos, lo que nosotros llamamos apropiación». Otra técnica es que «ellos mismos van escribiendo cómo se van sintiendo con el uso del dispositivo y sus diferentes aplicaciones». Finalmente, «seleccionamos a algunos de los que han participado y hacemos un grupo de discusión», apunta el decano de Comunicación.
En el caso de los niños, los tablets también se están utilizando en un proyecto educativo del colegio Miguel Delibes, en Macotera, a cargo del Centro de Internacional de Tecnologías Avanzadas (CITA) de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y los responsables de analizar sus resultados también van a ser los profesionales de OrionMediaLab. «La iniciativa integra pizarras electrónicas, WiFi y por primera vez iPads, de manera que nosotros vamos a realizar un proceso sistemático de recogida de datos para ver cómo ha cambiado el estilo docente y las nuevas estrategias en el aula. Ellos llevan trabajando dos o tres meses con el iPad, pero la parte de investigación de OrionMediaLab está empezando», comenta Javier No.
Mayores y jóvenes
A falta de los resultados finales de esta parte de la investigación, el equipo cuenta ya con una amplia experiencia en el proyecto Territorio e-book como para sacar algunas conclusiones preliminares. Por ejemplo, que una de las ventajas de la tableta de Apple o de otros tablets es que vienen bien para libros ilustrados como el que se está utilizando con el grupo más joven, mientras que los libros de tinta electrónica no dan esas posibilidades.
Principalmente, entre e-book y tablets «lo que cambia es la tecnología de presentación de la información». «La tinta electrónica es mucho menos versátil, pero al no ser retroiluminada, al no tener luz, permite que uno pueda leer de continuo mucho tiempo sin cansancio, de forma muy similar al papel. Además, permite dispositivos con muy poco peso, con lo cual se pueden almacenar muchos documentos. Es muy transportable y con una calidad visual similar al papel», comenta el experto.
Sin embargo, «el iPad tiene una conectividad muy alta, una interactividad elevada y permite contar con otras aplicaciones, casi como las de un ordenador y con menos peso, aunque más que un libro electrónico».
En general, parece que las personas mayores se quedan con el e-book, ya que se parece más al papel, no les cansa la vista y siguen el texto de la misma forma que en un libro tradicional. Por el contrario, en edades inferiores, «se espera más de un dispositivo, incluso en los libros electrónicos que permiten navegar, se les queda cortos tecnológicamente y le pedirían más.
En el caso de la aplicación de las tabletas a la educación, que se comenzará a estudiar en Macotera, los resultados pueden ser aún más interesantes, aunque «se ve necesario un periodo de formación por parte de los profesores y para los propios alumnos, porque usarlo de forma eficaz no es tan fácil aparte de las aplicaciones básicas».
Fuente: DICYT